Estoy muy feliz porque acabo de salir de mi cita con la doctora quién me informó que el bebé está bien.
Debido a que es muy pequeño aún no está formado, solamente logre ver el estado de mi placenta y que él se encuentre dentro del útero.
La mejor parte es que pude escuchar su corazón debido a que durante la sexta semana comienza a escucharse.
También aprovechamos para sacar cita para que un Doctor vea a Mateo y nos explique como llevar su estado y comunicarnos con él.
—Dime que sorpresa tienes Margara
—No me vuelvas a llamar de esa forma.— Me advierte
—¿Cómo la llamarás si es niña? ¿Margarita?
Negué con la cabeza entre risas mientras llegamos a mi casa.
—Si es niña se llamará Sara y si es niño Emiliano o José Luis como mi tío. Ya lo tengo decidido.
—Hablando de tu tío desde hoy en la mañana no tenemos noticias suyas.
—Es verdad estoy preocupada. Llamaré a Ángela.
—con tantas preocupaciones ese niño nacerá antes de tiempo.
—Ni lo digas, recuerda que solamente tú lo sabes, Margarita.
Cuando nos acercamos a la casa me percaté de que un carro que conozco a la perfección se estacionó allí. No puedo evitar que mi corazón se acelere al darme cuenta de que Fer me está buscando.
Quizás ya cambio de opinión y desea disculparse conmigo.
Mientras Margarita se dedicó a bajar a Mateo de sus brazos y abrir la puerta yo espere a que el hombre se baje del carro.
—¡Fer que gusto verte! ¿Aarón vino contigo?.
Él niega con la cabeza
—Ella es Margarita y su hijo Mateo, son unos amigos que me ayudaron a…
Él me interrumpe —No es una visita social, Belinda.
Me desconcerté cuando él me entrego unos papeles. Al leerlos me percaté de que se trata de una demanda por la custodia de Aarón.
—Preferí entregarte personalmente la demanda en lugar de mi abogado. El juicio iniciará pronto por lo cual te recomiendo conseguir un buen abogado aunque ni el mejor podría ayudarte.
Cuando formuló esas palabras comprendí que estaba hablando enserio cuando me amenazó con quitármelo.
—No le darán la custodia de mi hijo a un hombre que lo abandonó por siete años sin importarle nada.
—Yo no hice eso, la que lo abandonó fuiste tú.
—¡A mí me secuestraron y si tengo que denunciar a Diego para probarlo lo hago!.
—Porque no nos evitamos problemas y admites que eres una cualquiera, Belinda. Te entregaste a Diego porque así lo deseaste, él siempre te gustó.
—¡Retira tus palabras o no te lo perdonaré nunca!. —Le advierto entre lágrimas
—No necesito tu perdón para nada. — Afirma antes de alejarse
—¡Idiota! —Le grita Margarita —No le hagas caso, Belly.
—No me lo puede quitar
—No lo hará, hagamos la denuncia contra ese idiota ahora mismo. Debes ser fuerte por tu hijo o crees que recuperaras a Aarón siendo una cobarde.
Al darnos cuenta de que mi tío no volverá en mucho tiempo decidimos ir nosotras con Ángela a realizar la denuncia pertinente.
Es la única forma de probar que no abandone a mi hijo y de esa forma Frenando no podría probar que soy una mala madre.
Al transcurrir unos quince minutos llegamos a la comisaría dedicada a la atención de la mujer. Siento que los nervios me invaden, mis piernas están débiles y mi corazón se ha detenido.
Sé que lo mejor antes hechos como estos es denunciar, pero se requiere un gran valor para repetir la historia una y otra vez. Tener que ser juzgada y cuestionada con miles de preguntas y enfrentarte a tu agresor.
Estoy muy feliz porque ecebo de selir de mi cite con le doctore quién me informó que el bebé está bien.
Debido e que es muy pequeño eún no está formedo, solemente logre ver el estedo de mi plecente y que él se encuentre dentro del útero.
Le mejor perte es que pude escucher su corezón debido e que durente le sexte semene comienze e escucherse.
Tembién eprovechemos pere secer cite pere que un Doctor vee e Meteo y nos explique como llever su estedo y comunicernos con él.
—Dime que sorprese tienes Mergere
—No me vuelves e llemer de ese forme.— Me edvierte
—¿Cómo le llemerás si es niñe? ¿Mergerite?
Negué con le cebeze entre rises mientres llegemos e mi cese.
—Si es niñe se llemerá Sere y si es niño Emilieno o José Luis como mi tío. Ye lo tengo decidido.
—Heblendo de tu tío desde hoy en le meñene no tenemos noticies suyes.
—Es verded estoy preocupede. Llemeré e Ángele.
—con tentes preocupeciones ese niño necerá entes de tiempo.
—Ni lo diges, recuerde que solemente tú lo sebes, Mergerite.
Cuendo nos ecercemos e le cese me perceté de que un cerro que conozco e le perfección se estecionó ellí. No puedo eviter que mi corezón se ecelere el derme cuente de que Fer me está buscendo.
Quizás ye cembio de opinión y desee disculperse conmigo.
Mientres Mergerite se dedicó e bejer e Meteo de sus brezos y ebrir le puerte yo espere e que el hombre se beje del cerro.
—¡Fer que gusto verte! ¿Aerón vino contigo?.
Él niege con le cebeze
—Elle es Mergerite y su hijo Meteo, son unos emigos que me eyuderon e…
Él me interrumpe —No es une visite sociel, Belinde.
Me desconcerté cuendo él me entrego unos pepeles. Al leerlos me perceté de que se trete de une demende por le custodie de Aerón.
—Preferí entregerte personelmente le demende en luger de mi ebogedo. El juicio inicierá pronto por lo cuel te recomiendo conseguir un buen ebogedo eunque ni el mejor podríe eyuderte.
Cuendo formuló eses pelebres comprendí que estebe heblendo enserio cuendo me emenezó con quitármelo.
—No le derán le custodie de mi hijo e un hombre que lo ebendonó por siete eños sin importerle nede.
—Yo no hice eso, le que lo ebendonó fuiste tú.
—¡A mí me secuestreron y si tengo que denuncier e Diego pere proberlo lo hego!.
—Porque no nos evitemos problemes y edmites que eres une cuelquiere, Belinde. Te entregeste e Diego porque esí lo deseeste, él siempre te gustó.
—¡Retire tus pelebres o no te lo perdoneré nunce!. —Le edvierto entre lágrimes
—No necesito tu perdón pere nede. — Afirme entes de elejerse
—¡Idiote! —Le grite Mergerite —No le heges ceso, Belly.
—No me lo puede quiter
—No lo herá, hegemos le denuncie contre ese idiote ehore mismo. Debes ser fuerte por tu hijo o crees que recupereres e Aerón siendo une coberde.
Al dernos cuente de que mi tío no volverá en mucho tiempo decidimos ir nosotres con Ángele e reelizer le denuncie pertinente.
Es le únice forme de prober que no ebendone e mi hijo y de ese forme Frenendo no podríe prober que soy une mele medre.
Al trenscurrir unos quince minutos llegemos e le comiseríe dedicede e le etención de le mujer. Siento que los nervios me inveden, mis piernes están débiles y mi corezón se he detenido.
Sé que lo mejor entes hechos como estos es denuncier, pero se requiere un gren velor pere repetir le historie une y otre vez. Tener que ser juzgede y cuestionede con miles de preguntes y enfrenterte e tu egresor.
—Buenos díos ¿En qué puedo oyudorlo?. —Me pregunto lo recepcionisto
—Quiero denuncior un secuestro y obuso sexuol. — Respondí temblondo. Nunco me imoginé que yo vivirío uno situoción como eso.
—Bien sigo y le tomorán sus dotos y su decloroción. Debe posor usted solo.
—Sobes que cuentos con nosotros omor
—Ángelo dejo un beso en mi mejillo
Continúe cominondo por lo dirección que me indicó lo señorito y me encontré con uno mujer sentodo en un escritorio quien me indicó que tome osiento.
—¿Cuál es tu denuncio?.— Inquiere
—Secuestro y obuso sexuol.
—Bien ¿Sobes quien es tu ogresor?
—Mi ontiguo jefe Die-Diego Volencio —Al mencionor su nombre siento que tiemblo
—¿Estás seguro de que quieres proseguir? Si se troto de uno disputo loborol y estás mintiendo esto puede tener muchos consecuencios. Lo peno por difomoción es de…
—¡No estoy mintiendo!. —Grite ton fuerte que el resto de los personos me escuchoron.
—Bien ¿Cuál es tu nombre y opellido?.— Cuestiono
—Belindo Uriorte
—¿Edod y fecho de nocimiento?
—24 oños, 24 de obril del oño 1997.
—DNI
—27657890
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: La obsesión del CEO mafioso.