La obsesión del CEO mafioso. romance Capítulo 80

Belinda

Siete años antes

Verdaderamente, no comprendo a este hombre. Siempre que discutimos él encuentra la forma de voltear la situación y hacerme creer que es mi culpa. Yo no puedo estar cerca de otros hombres pero el sí con otras mujeres.

-¡Ya me tienes harta! -Exclamo furiosa

-¡El que me tienes harto eres tú!. ¡No entiendo que hago con una niña inmadura como tú!.

-¿Inmadura Yo?. -Reí fuerte -El inmaduro eres tu Fernando Valencia.

-Viniste a esta fiesta solamente a controlarme porque no confías en mí.

-No es así mi amor, ya te dije que me invitaron. No entiendo en que te afecta que yo este acá o a caso quieres privacidad con la idiota de Tamara y las otras chicas.

Cuando llegue al lugar me percaté de que él junto con Ariel y el odioso de Diego estaban bailando rodeado de mujeres. Lo que más me hizo enfadar es que mi Fernando estaba pegado a la idiota de Tamara, les faltaba poco para coger.

-Por supuesto que no, pero no me gusta que estés en este sitio repleto de esos idiotas, amor. Solamente intento cuidarte. -Él toma mi cintura y une sus labios a los míos en un beso efusivo el cual no pude evitar corresponder

-¡Ya me cansé de ocultarme!.

-Ya te he dicho que es temporalmente, princesa. Solamente debo hablar con mi mamá, la estoy preparando.

-No te creo nada, mejor acá terminamos así nos evitamos más problemas.

-¡Tú no terminarás conmigo!. -Él vuelve a unir sus labios a los míos en un beso efusivo mientras sus manos se deslizan a mi cintura. Lleve mis manos a su cabello sin dejar de seguirle el beso.

Dentro de unos segundos caí en la cama con él encima.

-Eres solamente mía y ahora mismo te lo voy a probar. -Él desliza sus labios hacia mi cuello dejando pequeños besos y mordidas allí mientras sus manos se deslizan hacia mis piernas subiendo mi falda.

Lance un jadeo cuando me percaté de que él adentró su mano en mis bragas masajeando mi zona íntima.

-Ah

-Nunca me dejarás, Belinda. -Me dice mientras desabotona mi blusa exponiendo mi brasier

-Nunca Fer.

Él vuelve a unir sus labios a los míos en un efusivo beso en el cual adentró su lengua en mi garganta.

Deslice mis manos hacía su camisa desabotonándola. Él rápidamente se deshizo de ella quitándosela de la cabeza para arriba mientras yo me deshice de mi blusa.

-Déjame hacértelo.

Negué con la cabeza -Sabes que no estoy lista.

-Yo siempre te voy a cuidar Belinda.

-Entonces tendrás que esperar-Deje un beso en sus labios

-Está bien, vístete y te llevo a casa.

-Quédate con tus amigos y me voy en taxi. Tienes razón debo confiar en ti.

-Las princesas no toman taxis. Te espero abajo, amor. -Es todo lo que dice antes de alejarse.

Fernando luego de acomodar su ropa se alejó y yo me dediqué a abotonar mi blusa, sin embargo, salte del susto al percatarme de que alguien entro a la habitación.

Por instinto me escondí adentró del baño y observé que una pareja estaba entrando al lugar. Puedo observar por el orificio que se trata de Diego Valencia y mis ojos se abren como platos al darme cuenta de quien es su pareja.

Debí esperar a que ellos terminarán de tener relaciones. Fue asqueroso el escuchar sus gemidos y risas, aún no puedo creer que estos dos se entiendan.

He conocido a varias amantes de Diego Valencia, pero nunca me imaginé que rompiera todos los límites.

Cuando ellos salieron del cuarto salí de mi escondite y tome mi cartera, estaba a punto de salir cuando me percaté de que el hombre volvió a entrar.

-¡Tú qué haces acá!.

-Nada -No entiendo por qué el hombre me sigue inspirando terror, es solamente un muchacho dos años mayor que yo.

Estaba a punto de irme cuando él ejerció fuerza en mi brazo.

-¡Si le dices a alguien lo que viste me encargaré de que corran a tu abuela y a ti te haré pedazos!.

-¡No vi nada, Diego!.

-No me hables de tú, no somos iguales, muerta de hambre!.

Sé perfectamente que podría destruirlo con lo que acabo de ver, pero no me interesa hacerlo porque no es mi asunto su vida.

-¡Ya suéltame! ¡Me estás lastimando!.

-¡Estás advertida, Belinda!.

Cuando salí de la habitación me percaté de que varias personas están en la fiesta, simplemente intenté pasar sobre la multitud y cuando una chica me hizo una señal me percaté de que tengo la blusa abierta y la abroche.

Observe la mirada asesina de Mariana y Tamara, no comprendo el odio de la primera porque hace menos de un año éramos amigas, pero ahora me odia sin un aparente motivo.

-¡Te tardaste! -Me regaña Fer cuando me acerco al carro.

-El baño estaba lleno, amor.

-Pareces gelatina. ¿Qué te parece si en lugar de llevarte a tu casa vamos a un lugar en el cual pueda comerte a besos?

-¡Solo besos!

Capítulo 80 1

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