La obsesión del CEO mafioso. romance Capítulo 83

No puedo creer lo que me está ocurriendo. Me siento devastada y humillada ante las imágenes que estoy viendo y que están mirando las personas del estrado, el jurado, el juez y todas las personas en esta sala.

No puedo creer que Fernando haya expuesto ese horrible vídeo como prueba de que soy una madre incompetente.

Iba ganando el juicio con los testigos de mis familiares y las maestras de Aarón, con los emails, pero Fernando tuvo que jugar sucio y no le intereso humillarme frente a todo el mundo.

Mi abogada exigió que quitaran ese vídeo y el juez aceptó, luego al transcurrir unos minutos dictaron sentencia. Como era evidente que ocurriría Fernando gano la custodia completa de mi hijo.

Ante la corte soy una mentirosa quien inventó un secuestro cuando en realidad se acostó con el primo de su ex pareja y permitió que él la filmara.

También soy una irresponsable a la cual no le importó dejar a su hijo solo durante los últimos seis meses, esa es la acusación que realizó el abogado de Fernando.

Como no tiene sentido ver las risas de Olga y Tamara ni darles la satisfacción de verme llorar simplemente salí del juzgado.

Me percaté de que mi tío y Emiliano me están siguiendo, pero no deseo detenerme para escuchar que todo estará bien cuando la realidad es que acabo de perder a mi Aarón para siempre.

—Belinda —Me detuve cuando Emiliano me atrapó de la cintura.

—ya-ya lo perdí —No logró formular ninguna frase sin sollozar

Él simplemente me estrecho entre sus brazos y permití dejar correr todas mis lágrimas en su hombro.

—Debe haber alguna manera, no conozco mucho de leyes pero podemos apelar. —Me dice mi tío.

Simplemente, negué con la cabeza —No tiene caso siempre inventarán algo nuevo para desprestigiarme además Aarón ya no me quiere.

—Amor es solamente un niño, él no sabe lo que dice. Recuerdas cuando decías que me odiabas por romper tu piñata en forma de unicornio.

Asentí con la cabeza

—¡Belinda!. —Escuche la voz de Fernando quien se acerca corriendo.

—Supongo que vienes a burlarte, ganaste, Felicidades.

—Solamente un miserable humilla a una mujer de esa manera. —Emiliano está a punto de golpearlo, pero yo lo detengo.

—Este tipo no vale la pena. —Me centré en él—Creí que eras diferente a tu familia, pero eres igual a ellos

—No tenía idea que usarían ese vídeo. Yo lo borre luego de enseñártelo y nunca se lo envíe a nadie, debió ser Diego.

—Tú y Diego son la misma basura. Me quitaste lo que más quería, solamente espero que seas un buen padre por el bien de Aarón. Quiero que cada vez que lo veas a los ojos y lo veas llorar, lo escuches preguntar cuando me verá recuerdes que tú le quitaste a su madre.

De repente volví a ver todo nublado y ese maldito dolor de cabeza regreso a mí.

—¿Estás bien, Belinda?

—No la vuelvas a tocar en tu vida, lárgate idiota.—Emiliano me carga en brazos —Respira profundo, iremos por algo dulce así te sientes mejor.

—Tranquila mi amor —Es la voz de mi tío.

Al llegar a mi casa Emiliano me controlo la presión y me suministro un pequeño calmante para qué logré descansar.

Cuando me desperté observe por la ventana que ya es de noche. No tengo idea cuanto tiempo estuve dormida.

Pero ya no importa porque mi Aarón debe estar muy lejos y no pude despedirme de él.

—Al fin despiertas —Es la voz de Margarita lo cual indica que me encuentro en mi casa.

—Quisiera nunca despertar

—No digas tonterías al menos déjame tu dinero antes.

—No estoy para chistes.

—Tu hijo tendrá todo lo que desee y Fernando no es un mal padre. Estoy segura de que muy pronto te lo regresará.

—Mi hijo será un niño caprichoso, frívolo y vacío como Fernando y Mariana; y lo peor pensará que lo abandone.

Fuimos interrumpidos cuando Emiliano entro al lugar con una bandeja la cual contiene un sándwich y jugó de naranja.

—Nuestro bebé te demandará por no alimentarlo en horas.

—No es tuyo, es de Diego y tampoco me conocerá porque él me lo quitara. —No logró controlar mis estúpidas lágrimas.

Me siento impotente al no poder hacer otra cosa más que llorar. Ni siquiera teniendo dinero dejaré de ser la pobre estúpida a la cual todos humillan y lastiman.

—No pienses de esa forma Belinda.

—Es la verdad nadie me creerá ni a ti que Diego me secuestro. —No me contuve y lance la bandeja muy lejos —¡Con ese estúpido vídeo parece que fui su amante.!

—Belinda una cosa no tiene que ver con la otra. Una mujer puede demandar a su esposo o amante por abuso sexual si tiene pruebas. Confía en mí.

Capítulo 83 1

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