Hubo un destello en el horizonte...
Un gran rayo atravesó el cielo mientras llovía a cántaros.
En ese momento, en su habitación del Hospital Popular de la ciudad de Yunzhou, el Amo Qiu ya se había despertado. Los miembros de la Familia Qiu estaban reunidos junto a su cama y no se veían bien. Wang Qiao-Yu estaba llorando, Qiu Mu-Ying simplemente se había quedado callada con la cabeza baja y Chu Wen-Fei estaba arrodillado y arrepentido junto a la cama del anciano.
Al fin y al cabo, había sido el regalo de Chu Wen-Fei lo que había hecho que el Maestro Qiu se asustara. Había quedado grave después de la «sorpresa» y si no hubiera sido llevado al hospital a tiempo, habría muerto.
Afortunadamente, el Amo Qiu se recuperó de la conmoción. De lo contrario, Chu Wen-Fei hubiese tenido que soportar una carga muy pesada.
—Papá, por favor encuentra una forma de ayudar a Guang y a Luo. No hemos sabido nada de ellos en toda la noche. ¿Van a ir a la cárcel? ¿Tendrán que enfrentarse al pelotón de fusilamiento?
—Fei-Fei es todavía una niña. Necesita a su padre.
La nuera mayor de la Familia Qiu sollozaba mientras le suplicaba a su suegro y Wang Qiao-Yu también se limpiaba las lágrimas de sus ojos enrojecidos de tanto llorar.
Aunque la Familia Qiu tenía varios hijos, los únicos que podían llevar la carga de la familia eran Qiu Guang y Qiu Luo. Si ellos no estaban allí, la familia simplemente se derrumbaría.
—¡Dejen de llorar! Solo sabe llorar… ¡Si van a seguir así, mejor salgan de mi habitación! —exclamó el Amo Qiu.
Wang Qiao-Yu y todo los que se lamentaban se asustaron por este violento arrebato y se callaron rápidamente.
Y entonces, el Amo Qiu miró al todavía arrodillado Chu Wen-Fei y dijo seriamente:
—Levántate, por favor.
—Abuelo, lo siento mucho. Lo que pasó ayer…
Chu Wen-Fei iba a seguir con eso cuando el Amo Qiu lo señaló despectivamente y le dijo:
—No tienes que decir nada. No fue tu culpa. Alguien más tiene a nuestra familia en la mira.
El Amo Qiu era un anciano con experiencia así que ya había notado que había elementos sospechosos en este incidente.
—¿Qué? ¿Alguien tiene a nuestra familia en la mira?
—¿Quién podría ser?
—Logística Qiuhui no ha ofendido a nadie poderoso en el último tiempo. Además, tampoco tenemos enemigos de negocios en la ciudad de Yunzhou. ¡Así que quién puede estar tras nuestra familia!
Una vez más, Wang Qiao-Yu y las mujeres entraron en pánico. Sus cuerpos temblaban mientras las lágrimas corrían por sus rostros.
—¡Cállense! ¡Las mujeres son inútiles aquí! Lo único que hacen es irritarme —dijo el Amo Qiu quien estaba de mal humor y que luego de escuchar los gritos de las mujeres solo terminó por enojarse más—. Piensen cuidadosamente… ¿Han ofendido a alguien? Los enemigos no aparecen así de la nada. Debe haber una razón por la que nos tienen en la mira de esta manera —declaró mientras miraba a su familia.
Qiu Mu-Ying y Qiu Mu-Hong sacudieron sus cabezas. No recordaban haber ofendido a nadie poderoso. Intimidaban a los débiles como a Ye Fan, pero los débiles como él no tenían el poder de tomar represalias contra la Familia Qiu.
—¡Espera, abuelo! ¡Deben haber sido Qiu Mu-Cheng y esa basura inútil de Ye Fan! Debe ser culpa de ellos. Ayer se enfrentaron al Joven Amo de la Familia Shen y justo después de eso, estas calamidades comenzaron a sucedernos. No puede ser una coincidencia. La Familia Shen debe haber tomado represalias contra nosotros por lo que Qiu Mu-Cheng y Ye Fan hicieron. Esta es la venganza de la Familia Shen contra nosotros —gritó Qiu Mu-Ying, eran todas mentiras que se le acababan de ocurrir.
Chu Wen-Fei siguió el ejemplo y dijo:
—Así es. La Familia Shen debe haber preparado el ataúd para vengarse de nosotros. Ellos son uno de los poderosos más importantes de Yunzhou y tienen el respaldo del Maestro Li Er. En Yunzhou, hay pocos poderes capaces de orquestar los eventos que ocurrieron ayer. Muy pocos, pero la Familia Shen es definitivamente uno de esos grupos.
—¡Ese bastardo de Ye Fan y esa perra de Qiu Mu-Cheng! Todo es por culpa de ellos. Es su culpa que mi esposo haya sido arrestado. Papá, no debemos perdonar a los alborotadores como ellos —dijo Wang Qiao-Yu con ojos rojos de maldad.
Todos los demás siguieron el ejemplo y también los culparon.
El Amo Qiu tenía una expresión sombría en el rostro mientras daba la orden fríamente:
—Ve a buscar a esa irrespetuosa de Qiu Mu-Cheng y tráemela.
Estaba tan enojado que su voz temblaba mientras hablaba.
Cuando Qiu Mu-Cheng recibió la llamada, Ye Fan todavía estaba haciendo el desayuno en la cocina. Como yerno mantenido, su trabajo era ocuparse de todas las tareas domésticas.
—Mu-Cheng, el desayuno está listo —le dijo.
Unos minutos después, Ye Fan ya había terminado de poner la mesa, así que la empezó a llamar a ella y también al resto de la familia para desayunar.
—Deja de gritar. Mu-Cheng ya se ha ido —lo regañó Han Li.
—¿Eh? ¿Adónde se ha ido? Todavía es temprano y más encima está lloviendo —preguntó Ye Fan preguntó frunciendo el ceño.
—¿Qué? ¿Acaso mi hija debe reportarse contigo cada vez que sale? —respondió Han Li fríamente.
Debido a que su suegra estaba enfadada, Ye Fan sabiamente mantuvo la boca cerrada. Pero Qiu Mu-Cheng no había regresado en todo del día y eso lo preocupaba mucho.
Llegó la noche y Qiu Mu-Cheng todavía no había regresado. Intentó llamarla, pero nadie respondía el teléfono. Su preocupación se hizo más grande al ver la lluvia. Justo cuando estaba por ir a buscarla a la casa de la Familia Qiu, sonó su teléfono.
La persona que lo llamaba era Qiu Mu-Ying:
—Ye Fan, ve a la mansión de la Familia Shen y recoge a tu esposa en la entrada. No es una princesa, pero es tan delicada como una. ¿Solo se arrodilló un rato, pero se desmayó en el acto? ¡Me he quedado sin palabras! Si no puedes cumplir la condena, entonces no cometas el crimen. Ahora nos has arrastrado contigo. ¡Son realmente de mal augurio! —dijo sonriendo fríamente mientras ridiculizaba a Ye Fan y a Qiu Mu-Cheng.
«¿Qué?»
»¿Mu-Cheng fue con la Familia Shen?
»¿Y se desmayó?
La cara de Ye Fan se puso fría cuando escuchó la noticia. La Familia Qiu, ¡había sido la Familia Qiu!
Ellos le echaron toda la culpa a Mu-Cheng y a él. Pensaron que la Familia Shen era responsable de los actos de represalia y forzaron a Qiu Mu-Cheng a ir y disculparse personalmente con la Familia Shen.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: La revancha del mantenido