La venganza de la ex esposa romance Capítulo 2

—A… ¿Adalet? — cuestiono Enzo sintiendo como se le cerraba la garganta.

—Hola Enzo, tiempo sin verte, ahora señores, ¿Vamos a tener una charla melancólica? ¿O nos enfocamos directamente en lo que es realmente es importante? Hablemos de negocios.

Enzo trago duro. Era el mismo color y forma de aquellos ojos ya conocidos, pero estos eran tan fríos que parecían dos dagas de hielo que parecían apuñalarle el alma. Su rostro era el mismo, pero sin las marcas del cansancio y completamente rejuvenecido, tan hermoso como aquel primer día en que la conoció, su cabello fuego lucia sedoso y perfectamente ondulado. Estaba delgada, con sus curvas intactas y perfectas, alcanzaba a notarlas en aquella falda y saco ejecutivos en color azul zafiro que hacia juego con sus bellos ojos. Aquella era Adalet Jones, la mujer a la que años atrás había abandonado por su actual esposa.

—Adalet, yo… — dijo Enzo con voz trémula y entrecortada.

—Vamos Enzo, no estamos aquí para nada más que hablar de negocios, así que cierra la boca para que no entren moscas y enfócate — dijo con dureza la hermosa mujer.

Bastián observo aquella peculiar escena, pero sabiendo como era Enzo, supuso que se trataría de una vieja amiga o amante con la que las cosas no terminaron bien. Poco o nada importaba aquello, la mujer frente a el era bellísima, con un porte y elegancia que la distinguían y una agudeza que la hacía destacar del resto, toda una Femme Fatale que se lo había impresionado.

—Mucho gusto en conocerla señora Williams, mi nombre el Bastián Myers, soy el abogado de Enzo y quien llevara la mayor parte de los negocios en su nombre — dijo Bastián extendiendo la mano, sin embargo, Adalet tan solo lo miro y no la tomó.

—Se quien es usted señor Myers, el llamado abogado del diablo, ¿Quién diría que en realidad lo era? — respondió con un deje de indiferencia Adalet mientras miraba a un muy nervioso Enzo.

—Y usted parece ser la mujer fría y cruel que se rumora que es, encantado de conocerla — dijo Bastián cortando el saludo que pretendió darle a la mujer mientras la escudriñaba con sus bonitos ojos verdes. Era hermosa, indiferente e inteligente, todo un reto para un cazador como lo era él y eso lo emocionaba.

Adelet le sonrió de manera furtiva a aquel abogado que no dejaba de mirarla.

—Señor Myers, el gusto es mío, ya podrá comprobar por usted mismo si lo que se habla de mi es verdad —

Enzo negó en silencio, estaba más allá de la impresión. ¿Cómo era que la mujer a la que abandono hacia ya tantos años, ahora era una exitosa empresaria? ¿Por qué ahora usaba un apellido diferente? Adelet había cambiado, de aquello no cabía la menor duda. El negocio que había creado era exitoso, rentable, sin embargo, sabía que si su padre se enteraba de quien era en realidad la señora Williams, se negaría a hacer negocios con ella y entonces no lograría comprender que era lo que había ocurrido. Todo era demasiado extraño y sospechoso, sin embargo, si quería llegar al fondo de esto debía de tenerla cerca, estaba convencido de que algo estaba planeando, y se sentía ofendido al notarla con aquellos aires de grandeza, se sentía humillado.

Se sentía molesto, ¿Por qué estaba ocurriendo esto? Adelet debía seguir siendo aquella mujer fea, pobretona y miserable que había sido siempre, le molestaba verla tan triunfante y radiante, tan empoderada y exitosa. De ninguna manera aceptaría que la mujer que dejo humillada ahora fuese más exitosa que él, eso era simplemente inaceptable. Guardando silencio la miró con un dese de desprecio. Eso no podía estarle pasando.

—Bien, hablemos de negocios señores, se que ustedes tienen sus compromisos y yo los míos, así que no perdamos más el tiempo en tonterías — dijo Adalet confiando en que su estúpido ex esposo no miraría las letras pequeñas de aquel contrato que estaba por firmar.

Fingiendo poner atención en todo lo que estaba leyendo de aquella propuesta y contrato, Enzo no lograba enfocarse. Quería terminar aquello, invitar a su ex esposa a beber una copa y enterarse de cómo iba su vida y como era que había logrado todo aquello en tan poco tiempo, si se había casado, si salía con alguien, incluso, se había olvidado de su aniversario de bodas, deseaba saber más de aquella mujer a la que había abandonado para saber a qué era que se estaba enfrentando.

Capítulo 2: Sentimientos encontrados 1

Capítulo 2: Sentimientos encontrados 2

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