"Estoy llena". Lily bajó la cabeza mientras sus mejillas se sonrojaban.
"De seguro que debes estár cansada, así que vamos a casa a descansar primero. Ya hablaremos del resto mañana". Como si supiera lo que le molestaba a Lily, Alexander dijo: "Le haré saber a Edward acerca de tu petición. No te preocupes".
Sus palabras consiguieron aliviar a Lily de sus preocupaciones. Le pareció estupendo que otra persona la comprendiera y se encargara de hacer las cosas antes de que ella lo pidiera.
Cuando la pareja subió al coche, Alexander le preguntó a Lily: "¿Estás alquilando el lugar en el que te alojas ahora?".
"Sí".
"Cancela tu contrato y múdate conmigo", dijo Alexander y tomó la mano de Lily.
Las acciones de Alexander hicieron que el corazón de Lily diera un vuelco mientras apretaba su mano y bajaba la cabeza, aparentando estar perdida en sus pensamientos. Alexander tampoco la apuró. Se limitó a mirar al frente con la mano de ella en la suya, esperando pacientemente su respuesta.
La llegada de un día así ya entraba dentro de las expectativas de Lily, pero no creía que fuera a llegar tan pronto. Ya que estaban casados e incluso habían dormido juntos, se consideraban una pareja casada propiamente dicha. Tenía sentido que vivieran juntos.
Lily asintió. "De acuerdo".
"Vamos a trasladar tus cosas ahora, ¿de acuerdo?". Alexander era realmente un hombre que tomaba acción.
El coche no tardó en llegar al barrio de Lily, donde ella subió a empacar sola lo esencial, sobre todo su ropa. Sin embargo, ya no quería sus sábanas, mantas y otros artículos.
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