La venganza de una Gamma romance Capítulo 370

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P.O.V. de Maleah

Despierto con sirenas por la mañana y miro mi reloj para ver que son poco después de las ocho. Me siento lentamente mientras me estiro. Cojo una camisa para ponérmela sobre la cabeza mientras camino hacia mi balcón y miro a mi alrededor para ver a dos hombres de pie en un balcón cuatro pisos más abajo a mi izquierda. Por la forma en que se comportan, diría que son agentes de la ley.

Después de ducharme y vestirme, llamo al servicio de habitaciones para que me traigan el desayuno. Vuelvo al balcón para ver que los hombres todavía están en la habitación. Sé que ese lado del hotel tiene suites para aquellos que tienen dinero para gastar. Un golpe en la puerta llama mi atención lejos de los hombres, y abro la puerta al sirviente que me trae mi desayuno.

-¿Puedes ponerlo en el balcón?- le pregunto.

Sus ojos siguen mirando hacia la suite, y le pregunto si sabe qué pasó allí.

-Uno de los otros sirvientes encontró al ocupante muerto en su cama; había sangrado durante la noche. Quien lo hizo tenía un asunto pendiente con él: le cortaron el pene y se lo metieron en la boca-, responde mientras mira la suite. Lo miro para verlo darse la vuelta lentamente. -Juro que es la verdad-, murmura antes de dejarme en paz.

Termino mi desayuno antes de hacer mi maleta. Dejo una propina para el sirviente debajo de mi taza de café y una propina para la señora de la limpieza en el baño. He estado alojándome en hoteles el tiempo suficiente para saber que dejar una propina en la recepción nunca llega a ellos, y quiero asegurarme de que reciban la propina porque hacen el trabajo duro.

Al salir del ascensor, miro mi teléfono para ver si tengo algún mensaje nuevo. Al levantar la vista, me encuentro con los agentes de la ley. Me preguntan en qué habitación estoy alojada.

Les muestro mi tarjeta de llave mientras digo: -De camino a hacer el check-out, Caballeros. Acabo de terminar de ocuparme de los asuntos aquí abajo, y ahora me dirigiré a casa.- Recupero mi tarjeta de llave mientras uno de ellos habla con el gerente del hotel.

-Gracias por su cooperación, Señorita. Algo sucedió en una de las suites, y necesitamos verificar a todos para asegurarnos de no perder ningún testigo-, escucho mientras miro mi teléfono. Les digo que no fue una molestia y les deseo un buen día antes de dirigirme a la recepción.

-Buenos días, Señorita D'Angelo. ¿Cómo fue su estancia esta vez?- pregunta Shasha. Le sonrío mientras le digo que mi estancia fue agradable como de costumbre.

Uno de los agentes de la ley se gira hacia mí cuando Shasha menciona mi nombre. -¿Usted es la Señorita D'Angelo?- pregunta. Asiento con la cabeza mientras firmo la factura de mi habitación y le digo que la envíe a la dirección habitual.

-Mi hija es una gran fan tuya. Sigue cada publicación en las redes sociales y cada artículo de revista que puede encontrar-, dice, y veo una revista en su mano. Sé que tiene un artículo sobre los desfiles de moda de los últimos días.

Le tiendo la mano mientras le pido a Shasha un bolígrafo. Abro la revista en la página correcta y le pregunto el nombre de su hija. Escribo un pequeño mensaje para ella y lo firmo con mi nombre antes de devolvérselo.

-Gracias, Señorita D'Angelo. Mi hija se va a volver loca cuando lo vea-, dice, y le sonrío mientras me despido. Subo a mi coche para finalmente ir a casa después de estar fuera una semana y media.

Escucho música mientras conduzco por la autopista, contemplando si llamar a papá para avisarle que estoy de camino a casa. -Sorprendamos a papá,- responde Fortune, mi Lycan, a mis pensamientos, y le sonrío mientras asiento con la cabeza.

Dudo que mi madre esté en casa, ya que ha estado desapareciendo por períodos más largos en los últimos meses. De hecho, me alegra que no haya estado mucho por aquí, e incluso he notado un cambio en el comportamiento de papá.

Recibo una notificación en mi teléfono, y presiono un botón para que me lo lea mientras mantengo los ojos en la carretera. -Mensaje de Pauline: Dentro de dos semanas, el martes es la mejor oportunidad,- escucho decir a la voz robótica, y sonrío mientras presiono el botón de llamada en mi pantalla táctil.