Maddox.
De reojo, veo al Alfa Nathan cerrando la puerta frente a Dagmar. ¿Por qué intentaría excluir a los miembros de mi manada de esta reunión? ¿O es específicamente a Dagmar a quien está apuntando?
Entonces la puerta se abre, y entran mis miembros de la manada. Debido a las miradas que los Alfas le están dando a Dagmar, empiezo a pensar que tenía razón, están apuntando a ella. Luego el comentario del hijo del Alfa Adam, Andrew, me hace luchar nuevamente contra Cole.
—Mierda, Cole. Cálmate. Tenemos que ser cuidadosos —le digo.
—Ese cachorro necesita ser puesto en su lugar. No podemos permitir que nadie hable así a nuestra niña —gruñe él.
—Déjalo ir, Dagmar —le pido, mientras me coloco detrás de ella y casi sonrío ante su respuesta.
James le señala a Andrew cuál es su rango y que sería mejor que se abstuviera de hacer comentarios hacia ella. Aunque ambos sabemos que no lo hará. Dagmar aparta su machete de su garganta y lo suelta.
Dagmar.
Mientras todos se acomodan y regresan a sus asientos, Maddox pone su mano en mi espalda baja y susurra en mi oído:
—En unos minutos podrás poner a todos en su lugar.
Me estremezco al sentir su aliento en mi oído. Por suerte para mí, Maddox piensa que estoy emocionada por ponerlos en su lugar y luego vuelve a su asiento. Es bueno que Maddox no profundice demasiado en ello, de lo contrario podría descubrir la verdad.
Los cuatro Alfas comienzan a hablar sobre la manada Evil Moon y mi mente comienza a divagar. Al mirarme, parecería que estoy muy pensativa, pero no podrías estar más lejos de la verdad. Veo todo lo que está sucediendo a mí alrededor.
Hay lobas que miran lujuriosamente a Maddox, Alfas que me lanzan miradas sucias, Omegas entrando con refrescos. Veo todo y por eso soy tan buena en mi trabajo. Veo a dos lobas susurrando y mirando en mi dirección. Eso activa alarmas, y me concentro en su conversación. Lobos normales no podrían escucharlas con todo el ruido que hay, pero yo sí.
Como sospechaba, están hablando de mí y parece que vieron cómo Maddox puso su mano en mi espalda, porque una de ellas dice algo como: “Creo que consiguió el trabajo porque es su puta”. Y ambas comienzan a reír.
La furia emana de mí, y todos cerca de mí pueden sentirlo. Jenna me agarra del brazo y Sam se interpone frente a mí y debido a eso dejo de prestar atención a la conversación. No obstante, sé que es demasiado tarde, pues Maddox me preguntará de qué ocurrió tan pronto estemos de regreso en nuestra casa temporal. Y temo que pueda unir las piezas del rompecabezas.
Maddox.
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