LATIDO POR TI OTRA VEZ romance Capítulo 614

Frida se mordió el labio inferior, sus manos se apretaron con fuerza y su cuerpo tembló ligeramente, obviamente incapaz de aceptar tal resultado.

¿Pero qué podía hacer? Tenía que ir, de lo contrario no podría ver a Serafín y completar la misión de Iván.

Pensando en esto, Frida levantó la cabeza y dijo con voz ahogada:

—¡Iré!

Aunque era raro ver a Serafín en el departamento de limpieza, él estaba en el mismo edificio y ella podía verlo si encontraba la oportunidad.

En cuanto lo viera, le diría personalmente que fue ella quien le salvó la vida y le pediría que la trasladara a otro puesto.

Ella está segura de que lo hará, y tal vez incluso se arrepienta de haberla puesto en el departamento de limpieza.

Pensando así, Frida se sintió de repente mucho mejor, y le arrancó una sonrisa a Felix:

—Felix, ¿dónde vive el señor Tasis?

—¿Por qué preguntas eso? —Felix la miró con recelo.

Los ojos de Frida brillaron mientras hacía girar los dedos y contestó:

—Quiero ir a darle las gracias personalmente por haberme conseguido un trabajo.

Felix puso los ojos en blanco.

¿Quería dar las gracias o quería conocer al Sr. Tasis?

—Lo siento, la residencia del Sr. Tasis es un secreto y no se lo diré a nadie —Felix se empujó las gafas y respondió.

No estaba mintiendo, era cierto.

La residencia del Sr. Tasis se mantiene en secreto, después de todo, hay demasiados enemigos.

Frida, sin embargo, pensó que era porque Felix no quería decírselo, estaba enfadada, pero no podía hacer nada más que rendirse:

—Olvídalo, entonces.

Gran cosa, tendrá que informarse por su cuenta más tarde.

—Entonces, señorita Garrido, descanse bien y preséntese mañana en el cuartel general, yo me despido —Dijo Felix.

Frida asintió:

—De acuerdo.

Sin responder, Felix levantó los pies y se fue.

Serafín y Violeta volvieron a casa después de las fotos de la boda de hoy.

Serafín tenía que asistir a una videoconferencia, así que subió al estudio para reunirse.

Violeta, por su parte, se sentó en el sofá del salón mientras los dos niños, uno dándole un masaje en la espalda y el otro en las piernas, le obedecían filialmente.

Juana llegó justo a tiempo para ver esta escena y sonrió:

—Carlos y Ángela son tan filiales.

—Madrina —Los dos niños levantaron la vista y le gritaron dulcemente.

Juana se acercó a uno de ellos y los besó:

—¡Qué bien!

—¿Qué te trae por aquí? —Violeta señaló el sofá, haciendo un gesto para que se sentara.

Juana se sentó:

—Ahora no tienes competencia, así que debes regresar a la empresa para seguir trabajando, así que tomé algunas de las prendas diseñadas por los diseñadores. Voy a dejar que las modifiques.

—¿Por qué no me lo das cuando vaya mañana a la oficina? ¿Por qué tienes que entregarlo en persona? —dijo Violeta con una sonrisa.

Juana suspiró:

—Quería hacerlo, pero no puedo esperar a mañana, estos diseños son muy urgentes. Los llevé a la fábrica, la fábrica dijo que hay algunos problemas, yo no soy un diseñador, así que no puedo ver el problema y tuve que traerlos a usted. Entonces tengo que enviarlos a la fábrica.

—Entonces, vamos a ver —Violeta hizo un gesto con la mano para que los dos niños dejaran de masajearse y se fueran a jugar por su cuenta.

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