"¡Espera! ¡Yo no sea fea, pero tampoco soy una miss universo!"
"Yo igual. Aunque no soy feo, no soy considerado como el hombre más guapo del mundo."
"Yo... No soy muy alta. ¡No sobresalgo por delante ni por detrás!"
"No soy alto si me comparas con un jugador de básquetbol.
Tampoco tengo mucho por delante ni por detrás."
"Yo... Yo todavía..."
Ariel se devanaba los sesos al pensar en la gran diferencia que había entre ellos, pero Charlie sabía cómo responderle y ella no supo qué más decir.
En ese momento, Charlie golpeó su cabeza: "¡Tu capacidad mental no es grande, no la sobrecargues!"
"¡Sí! Soy muy estúpida, tardó en responder y no sé cómo explica las cosas."
"No hay problema. He estado aprendiendo durante años solamente para poder entenderte algún día."
"Reducirás el coeficiente intelectual de tus hijos. ¡Deberías tener cuidado!" Ariel lo dijo muy apurada. Charlie se quedó en silencio y la vio muy feliz. ¡Finalmente había algo que él no podía responder!
¡El coeficiente intelectual de la próxima generación es muy importante!
"Eso sería un gran problema."
Él lo dijo muy serio.
"Sí, claro. Es muy importante." Ariel lo dijo con mucha alegría.
"Entonces no tengamos hijos. Si es necesario, adoptaremos uno en el orfanato, ¿de acuerdo?"
"¿Qué?"
"Ariel, lo creas o no, ¡estoy muy seguro de que somos una pareja hecha el uno para el otro!"
La tomó en sus brazos, pasó su gran mano por su cabello y dijo: "Entiendo tus preocupaciones. No necesitas integrarte a mi mundo con tanto esfuerzo. Intentaré ser parte de tu mundo. No necesitas ser la mejor. Eres perfecta como eres ahora mismo. Deja que me encargue de lo demás."
"Pero... Tengo miedo que otros se rían de ti y dirán que tu prometida no tiene dinero ni poder y no es una hija consentida con dinero."
"No te preocupes. Yo soy rico y poderoso. Yo te consentiré."
Su voz era baja y elegante, e hizo que temblara cuando escuchó esas palabras.
El había dijo...
Soy rico y poderoso. Yo te consentiré.
Esa frase hizo que su corazón palpitara con más fuerza.
"Yo todavía..."
No había terminado de hablar, y de la nada, Charlie se inclinó y cubrió su boca con sus labios.
"Este..."
Ella estaba indefensa, y solo podía susurrar.
Él ejercía tanta fuerza que no la dejaba respirar.
Ella estaba sin aliento y se sintió un poco débil. Parecía que una pequeña corriente recorría su cuerpo de arriba a abajo, quitándole toda la fuerza que tenía.
Después de un tiempo, la dejó ir. Tenía miedo de que si seguía, no lo iba a poder aguantar.
Ella todavía era joven. Cualquier movimiento falso podía conducirlos a la lujuria.
Su respiración comenzó a acelerarse, y en sus ojos se notaba que quería más.
"¿A qué más le tienes miedo?"
"Tengo miedo de..."
Hace poco, antes de que ella terminara de hablar, él la interrumpió y ahora volvió a preguntar
"Continua. Te estoy escuchando."
"¡No me has dado la oportunidad de decirlo!"
"Tú misma dijiste que eras estúpida. Yo pienso que eres inteligente y también muy valiente por tratar de querer alejarte de mí."
Esas palabras la hicieron tener los pelos de punta.
"¡Estoy preocupada por ti!"
"No necesitas preocuparte de nada. Es un honor que me causes problemas para poder resolverlos, ¿entiendes?"
Ariel no supo qué más decir después de eso.
Ella no sabía que Charlie podría hablar de esta manera. Si le decía una cosa, él respondía con diez más!
No iba a llegar a nada hablando con él.
"No sigamos hablando. Entre más hablé contigo, más enojada estaré. ¡Será mejor que me lave los dientes!"
Ella estaba enfadada y tomó el cepillo de dientes eléctrico. Charlie por fin pudo relajarse...
Después de cepillarse los dientes y lavarse la cara, se tomó el cereal de avena caliente, el sabor era como le gustaba.
Charlie pidió el día libre, pero todavía tenía que lidiar con unos asuntos del trabajo.
Él no quería que ella siguiera pensando en esas cosas, así que la llevó a su estudio.
"¿Qué estás haciendo? No me gusta leer esos libros."
"¿Quién te dijo que te vas a poner a leer? ¿Ya terminaste tu tarea?"
"¡Dios mío!"
Ariel se dio unas palmaditas en la cabeza y se acordó que tenía deberes escolares.
Charlie vio que se quedaba callada y comenzó a ocuparse de su trabajo.
Después de diez minutos, le comenzó a doler la cabeza a Ariel y no quiso hacer más.
Oye, puedes echar una partida y volver a hacer tu tarea.
Cuando termines la partida, tómate un vaso con agua y ve al baño, después vuelve a hacer tu tarea.
Después de ir al baño, le dio hambre. Planeo comerme unos bocadillos y después volver a hacer mi tarea.
Cuando terminó sus bocadillos, ya eran las :. Esperó hasta las : para continuar su tarea...
Ella no tenía fuerza de voluntad para seguir haciendo su tarea.
Mientras trataba de evitar hacerla, observó a escondidas a Charlie.
Era cierto que los hombres trabajadores se ven más guapos.
Charlie estaba tecleando frente a la computadora. Parecía muy concentrado.
Él no tenía tiempo para descansar y en ese momento tenía una breve videoconferencia.
Todo lo que decía era muy conciso y detallado. Cada vez que hablaba, todos se quedaban en silencio para escucharlo.
Ella se sintió muy orgullosa.
¡Este hombre era irresistible!
Ella quería publicarlo en Internet y que todos supieran que su novio era alguien con gran poder y riquezas. ¡Se volvería famosa de la noche a la mañana!
Charlie terminó su trabajo y la vio sonriendo.
"¿Has terminado tu tarea?"
Preguntó con una ceja levantada.
"Continua. Te estoy escuchando."
"¡No me has dado la oportunidad de decirlo!"
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