Despierto con un ligero dolor de cabeza. Veo el reflejo de los rayos del sol entrando a mi habitación e inmediatamente me levanto; extiendo mi mano para tomar el celular, lo desbloqueo y veo la hora.
— ¡Joder es tarde!
No recuerdo a qué hora regrese a casa. Ignorando el dolor de cabeza me adentro al baño, me baño lo más rápido posible. Termino de ver mi peinado y con prisa salgo de casa. Solo me da tiempo de comprar un café; lo primero que tengo que hacer es la reservación del restaurante para mi cena de esta noche. Entro a la oficina, enciendo el computador y reviso los papeles que están sobre el escritorio. Termino de hacer la reservación y comienzo con mi trabajo.
Después de tanto estrés y firmar documentos, es mi hora de comer. No tengo a Mallory como mi asistente yo soy el que tengo que ir a comprar mi comida, salgo del edificio a comer a uno de los restaurantes más cerca, de regreso buscaré a Mallory. Terminando de comer regreso a la empresa, al entrar, directamente voy buscarla en su oficina, pero en el pasillo escucho mi nombre.
— ¡Jaxon! —es Jaime llamándome.
— ¿Qué sucede?
—Te busca un socio. Está en tu oficina esperándote.
No puedo dejar esperando a un socio, iré a buscarla después. Con molestia regreso por donde viene y voy a la sala de conferencias. Mientras hablo con el inversionista mi mente está en otro lado, no entiendo lo que me está diciendo, solo mi mente está pensando en la mujer de ojos claros que amo.
En verdad quiero arreglar las cosas con ella. Las cosas que pasaron en el pasado no tienen por qué afectar nuestro presente si en verdad nos queremos. Por el amor que le tengo a esa mujer terca lucharé por ella.
Termino de hablar con el señor Wang de un nuevo proyecto y lo despido como debe de ser, al ver que sube a su auto salgo corriendo en busca de Mallory pero no la encuentro en su oficina, así que voy a buscar a Jaime.
Le encuentro en su oficina tecleando haciendo su trabajo como siempre, Jaime es responsable. Está tan concentrada que no nota mi presencia, carraspeo mi garganta y ella deja de ver el computador para verme a mí.
—No es nada grave, solo quiero saber si sabes donde esta Mallory —aclaro la situación.
—Ella no vino a trabajar.
— ¿Por qué? —me impresiono por su confesión.
—No sé, ella no se reportó.
—Gracias… Perdón por interrumpirte —me sonríe y continua con su trabajo.
Regreso a la oficina y guardo mis cosas, tengo hoy que hablar con ella, iré a buscarla a su casa. Estoy un poco preocupado porque no vino a trabajar y mucho más porque no se reportó enferma, en caso de que haya atrapado un resfriado.
Me estaciono en frente de su casa, me acerco y toco le timbre. Espero, pero ella no habré; intento cinco veces más y sigue sin abrir.
Preocupado, saco mi celular y la llamo, pero en seguida me manda a buzón. Le llamo más veces y es lo mismo. Me está preocupando demasiado. Regreso a casa decidido a que mañana la buscaré, tal vez quiere estar sola por un momento. Al entrar a casa, el ama de llaves me detiene en la entrada.
—Buenas noches, señor Clark —se inclina demostrando sus modales.
— ¿Qué sucede?
—Le llego esta carta urgente.
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