Lo Mejor de Tu Vida romance Capítulo 475

Sabía lo que había hecho y lo que había visto. La verdad era siempre tan conmovedora.

—Te sigue tu joven amo —El hombre vio a Aurelio y aflojó la cintura de Quinn, sonriendo.

Quinn se congeló al ver a Aurelio, inmediatamente corrió hacia Aurelio y quiso implorar su perdón:

—¿Cómo...? Escúchame, no es como lo ves, ¡puedo explicarlo!.

—¿Explicar? No hace falta —Aurelio retrocedió dos pasos:

—No quiero volver a verte, hemos terminado.

—¡No, Félix! Te quiero, de verdad que no puedo...

—¡Así que no puedes hacer nada cuando te besó!— Aurelio gritó de dolor.

—Yo... he estado con él antes. Era demasiado joven para eso. Cumplió dos años de cárcel por mí.

—¡Para poder ser tu enamorado, revolcándose en un suave amor contigo! Quinn, ¿por quién me tomas? Realmente no quiero volver a verte —Aurelio estaba dispuesto a marcharse después de eso.

Pero Quinn se abalanzó sobre él y lo abrazó con fuerza.

—No... Félix, por favor, no me hagas esto, ¡te quiero!.

—¿Me amas en brazos de otra persona? Es muy difícil que me engañes durante tanto tiempo.

Al oír esta frase, Quinn rompió a llorar y no supo qué decir.

El hombre se acercó y gritó directamente:

—Me he acostado con ella muchas veces. Ella no puede vivir sin mí. Félix, sé que eres una estrella, pero ¿y qué? Tu mujer está destinada a ser mía.

Aurelio apretó los dientes, les miró inexpresivamente y se alejó.

Pero Quinn no quería rendirse. Se puso a perseguir el coche, gritando:

—Félix, vuelve... ¡dame otra oportunidad!

Aurelio miró la figura en el espejo retrovisor y pisó el acelerador. ¡No valía para una mujer así!

—Bueno, no lo persiga. Lo ha visto con sus propios ojos. ¿Aún se casará contigo? Estaba destinado a casarse conmigo —El hombre arrastró a Quinn y la llevó de vuelta a la villa.

Quinn rompió a llorar. Estaba enamorada de Aurelio. Sabía que no se merecía a Aurelio, y que debía amarlo más y ser amable con él.

Pero... Todo el mundo tiene un pasado que no se puede abandonar. No importa de qué se disfrace, esas huellas impresas en su vida no pueden ser borradas.

Al igual que el hombre que estaba a su lado, aunque siempre la golpeaba y la torturaba, ella seguía queriendo quedarse con él.

...

Aurelio se enfadó y se dirigió directamente a la Villa Orquídea.

Además de Noelia y Marc, no sabía en quién podía confiar.

Tras entrar por la puerta, directamente se arrodilló con dolor frente a Noelia, derrumbado emocionalmente.

¡Era el cuarto señorito de la familia Santos! Noelia nunca había visto su aspecto angustiado, parecía que había encontrado la respuesta al asunto.

—No pienses en ello...

—Noelia, ¡no sé por qué la gente del mundo puede ser tan egoísta! ¿Después de hacer tanto daño a los demás, tiene la desvergüenza de pedir perdón? —Aurelio oscureció sus ojos.

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