Debido a que Arturo fue un pintor muy famoso y el asunto de que él murió por un atropello tenía una influencia de cierto grado, la policía rápidamente dio el certificado de accidente tráfico.
Por fin se identificó ese atropello como un accidente casual.
Después de recibir ese certificado, se prepararon para celebrar el funeral de Arturo.
Y luego de que Horacio y los demás llegaron al país M, Delfino ys no necesitó lidiar con el asunto de Arturo.
Por fin poseyó el tiempo libre.
Antes de iniciar el funeral, Xulio volvió de afuera y caminó directamente a la habitación de Delfino.
Delfino llevaba un luto negro, pesado y solemne, sentándose en el sofá y reflexionando algo.
Xulio se acercó y le llamó respetuoso, -Señor.-
Delfino no levantó su mirada para verle, solo le preguntó, -¿Cómo se investiga el asunto?-
Xulio le contestó, -Lo que he investigado es igual que el resultado de la policía. Parece que es un simple accidente tráfico.-
Incluso Raquel Dominguez fue secuestrada escondidamente, por eso fue lógico que Delfino sospechara que el atropello de Arturo no fue un accidente casual.
Alguien llamó a la puerta.
Luego vino la voz de un sirviente, -Señor, es hora de irse a la funeraria.-
Al oírlo, Delfino se levantó del sofá, arregló su camisa negra y le dijo a Xulio, -Vámonos.-
***
Al llegar a la funeraria, las personas de la familia Lobo ya estaban presentes.
Jaime acompañó a Sonia a recibir a las personas que vinieron para dar el pésame.
Sonia se volvió muy delgada dentro de esa corta semana, incluso el maquillaje pesado no podía ocultar el viejo estado que mostraba su edad y toda la persona se veía muy demacrada, flaca y pálida.
Delfino bajó la cabeza levemente y le dijo con voz triste, -Siento mucho por su muerte y cuídate.-
Sonia no le contestó, solo asintió con la cabeza. Ella parecía que añadió un poco más tristeza y dolor.
Delfino frunció un poco su ceño, la miró y entró.
Después caminó unos pasos, y vio que Fidelio estaba de rodillas en el suelo.
A pesar de que su padre cuidó de Fidelio raras veces, la relación filial fue muy íntima. Ya cumplió su cumpleaños de quince, y entendía qué fue la muerte.
Ya perdió su padre perpetuamente.
Delfino caminó a su lado, se acuclilló y le pasó un mantel.
Fidelio levantó su cabeza, con ojos rojos e hinchados, y nariz también roja. Le llamó con voz ronca, -Primo.-
Solo hizo una llamada, se cayeron las lágrimas de Fidelio.
Aunque apretó los labios obstinadamente, se podía notar el sonido depresivo sollozando.
-Sí.- Delfino le respondió y metió el mantel en su mano.
En la vida había muchas cosas inesperadas e incontrolables.
La consolación de palabras, en muchas ocasiones, es extremadamente inútil y pálida.
Fidelio agarró con mucha fuerza el mantel en su mano, enterrando la cabeza para que Delfino no pudiera ver su cara.
Sin embargo, Delfino aún vio las lágrimas que cayeron en el suelo como lluvia.
Delfino solo le dio unas palmaditas suaves en su espalda y luego se levantó.
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