Matrimonio de primera romance Capítulo 371

Delfino Dominguez se sentía muy extraño, como que se le encogía el corazón.

Pero descubrió que esta idea era estúpida.

Esa mujer no tenía nada especial, pero ¿Por qué no soportaba verla mojada bajo la lluvia?

Cuando reaccionó, ya había bajado con un paraguas.

Se acercaba cada vez más inesperado, alcanzando a Yadira Jimenez.

-Señora Yadira -la llamó y se vio obligado ocultar su expresión.

La señora corría hacia la comunidad con la bolsa arriba de la cabeza. Había oído pasos detrás pero no esperó que fuera Delfino, -¿Señor Delfino , para qué vienes?

Rápidamente se oyó una voz familia.

-Yadira.

Ella solo le dio un ratito para ver al perseguidor y se volvió al otro lado, donde estaba Mariano Magrina.

-Mariano, ¿por qué estás aquí?

Vestido una ropa casual, con un paraguas delicado, se encaminaba hacia ella tranquilamente.

Delfino preguntó en voz baja y serena, -¿Tú amigo?

-Mi prometido -contestó con un poco duda, pero ella misma no sabía por qué.

Pasó a ver a Delfino con incredulidad.

Sin embargo, desde su cara no se veía ninguna extrañeza ni emoción.

Quizás se había equivocado de conjetura antes.

En eso, su prometido ya estaba frente a los dos.

Los miró y remiró, con una mirada complicada.

De inmediato, agitó la mano a su señora, -Ven aquí, Yadira.

Al oírlo, ella ya estaba para seguir al hombre.

Pero, se dio cuanta de que había sido tomado de la muñeca por alguien.

Miró al lado y descubrió que se atacaba por la mano de un hombre.

La mano fuerte que la agarraba era muy caliente que apenas penetraba en su cuerpo.

-¿Qué pasa, señor? -la mujer intentó quitar su mano pero falló.

No parecía tan roble pero para ella le era difícil hacerlo.

Ese tipo se veía irrazonable, ya que la agarraba sin aflojar.

Delfino la admiraba. Esa mujer le parecía más pálida y débil que otros, pero excepto sus hermosos ojos que eran como de gatos.

Se creía loco.

Pues se había enojado cuando se enteró de la existencia de su prometido,

Ni qué decir de que la impidiera al verla saliendo.

Incluso él mismo no entendía por qué.

Las miradas de Mariano cayeron sobre la mano del hombre, y luego se alejaron, mirándolo, -Señor, déjala ir.

Delfino frunció el ceño ligeramente y lo hizo.

De prisa, ella fue hacia su prometido.

Mariano inclinó el paraguas hacia ella. Esta también le dio una risa a Delfino y presentó, -Señor, este es mi prometido, Mariano Magrina.

Luego habló, -Hoy fui de compras con Noela y nos encontramos con la hija de este señor.

Capítulo 371: La agarraba sin soltar 1

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Matrimonio de primera