Yadira tocó la cabeza de Raquel y la calmó, -No te preocupes, tranquila, estoy aquí.
Los movimientos de ellas llamaron la atención de Delfino.
Cuando Delfino dio su mirada hacia ella, Xulio se le acercó.
Xulio le preguntó preocupadamente, -Señor, ¿estás bien?
Delfino lo miró sonriendo por afuera, -¿Crees que estoy bien?
Xulio no subo qué decir de repente por sus palabras.
Pero se dio cuenta en seguida de que Delfino no conocía a Yadira, pero a él sí lo conocía.
-Señor, ¿sabes quién soy? -Xulio decidió preguntó a Delfino para confirmar.
Delfino lo miró como si hubiera visto un tonto, -Xulio, ¿el casamiento te ha roto la cabeza? No he perdido la memoria, ¿cómo puedo desconocerte?
Pero había perdido la memoria efectivamente.
Y por lo visto, la situación actual era más grave que la amnesia.
“Un momento, ¿ha dicho mi casamiento?”
Se casó hacía muchos años.
Aquel entonces Xulio acabó de graduarse y había coleccionado suficiente dinero para el pago inicial de la casa, por lo que pidió la mano de su novia.
Ya fue cosa tantos años antes, ¿por qué la mencionó ahora?
Xulio pateó un fragmento de la taza al lado de su pie, y se dirigió a Delfino, -Señor, me casé hace 7 años.
Delfino no dijo nada, y justamente lo miraba con mal cara.
Xulio entendió más o menos. Probablemente había surgido caos en la memoria de Delfino.
Delfino volvió a mencionar a su casamiento, que pasó hacía 7 años.
¿Acaso su memoria quedó en el momento cuando él acabó de casarse?
Xulio se asustó por su suposición audaz.
Entonces Xulio preguntó de nuevo, -¿Conoces a Raquel?
-¿Quién es Raquel? -Delfino levantó la cabeza, y lo miró con los ojos sin ningún humor.
Si no era Delfino, Xulio creería que la personaje que dijo esto se hacía loca.
Yadira iba a llevar a Raquel salir, pero se detuvo el paso cuando oyó hablaban Delfino y Xulio.
La conversación entre ellos la hizo cada vez más extraño.
Raquel también la oyó, y le dijo a Yadira en voz baja, -Papá me llama.
Manteniendo los ojos inocentes bien abiertos, Raquel fijaba atentamente a Yadira para lograr el consenso.
Yadira suspiró, se dirigió delante de Delfino con Raquel en los brazos.
Delfino dejó la cara amable al ver a Yadira, -¿Por qué vienes otra vez?
Yadira mantuvo silencio.
Xulio apresuró a explicar, -Señor, ella es Raquel, tu hija.
Delfino dio un vistazo a Raquel, y luego volvió a mirar a Xulio, -Me dices que ellas son mi hija y esposa?
Xulio asintió.
Muy enfadado, Delfino gritó, -¡Salid de aquí! ¡Fuera ahora mismo!
Debido al enojo, su voz fue tan fuerte que Raquel, que aún era pequeña, se asustó mucho.
Lo miró con los ojos rojos, Raquel se sentía agraviada y dijo, -Papá...
Delfino no le hizo caso, -He dicho que salid, ¿no me oís?
Raquel echó a llorar, y las lágrimas soltaron de su ojos, -Definas, ¡malo!
Dicho eso, siguió llorando en el hombro de Yadira.
Mientras lloraba, hablaba sin cesar, -No lo quiero, ¡malo!
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