Este tono le parecía a Yadira que Delfino apuntada intencionalmente a Mariano. Dijo, -Eres lo mejor. ¿Está bien?
Pero de todos modos Delfino no pensaba mal sobre el plan de Perla.
Efectivamente quería vengarse matándolos por la muerte de Jaime.
-¿No me acerté? -dijo Delfino.
-¿Qué ha ocurrido entre tú y Mariano? ¿Por qué lo hablas así? -le preguntó Yadira. Ante ella, Delfino mostraba claramente sus gustos y disgustos.
Delfino dio una risa fría. Dijo en tono un poco descontento, -¿Hablas por él? ¿Te ha gustado Mariano por ser su prometida?
Ese tono parecía un poco peligroso. Yadira no se atrevía a arriesgarse. Pero debía decirle la verdad.
Dijo en un tono suave, -De todos modos me ha salvado.
Delfino la miraba tan fijamente que Yadira no se sentía nada cómoda.
Tras un poco de silencio, le preguntó de repente, -¿Conoces muy bien Mariano?
Yadira se quedó confusa, -¿Qué pasa?
De verdad no sabía mucho sobre él.
-¿Cómo lo conoces? Excepto que es un psicólogo regresado del extranjero, ¿sabes más? -Delfino la miraba seriamente-. Según las informaciones, además de tu embarazo, siempre vives en Ciudad Mar.
Cuando dijo la palabra ¨embarazo¨, su expresión era un poco rara.
Estos días había leído todas las informaciones que le ofreció Xulio. Por eso ya conocía bastante la historia entre Yadira y él.
Yadira ya entendía. Hoy Delfino no vino a cenar sino a hacerle preguntas.
Puesto que Delfino le preguntó, Yadira le confesó todo, -De su manera de hablar, debería conocerme hace mucho. Y lo conocí hace tres años, la noche anterior de nuestra ida a la isla.
-¿Nada más? -Delfino dijo ceñudo.
Yadira meneó la cabeza y le preguntó, -¿Qué quieres hacer?
Tras un poco de pensar, Delfino le dijo fríamente, -Mantente alejada de los de origen desconocido.
¿De origen desconocido? Por supuesto significó a Mariano.
-Aunque es sospechoso, de todas maneras me ha salvado. No puedo quitar la relación con él -Yadira le dijo en serio.
Delfino rió sarcásticamente. No le hablaba más y siguió comiendo.
Él salió tras la cena.
Antes de su ida, Yadira le dio un paquete de pasteles para que lo llevara a Raquel.
Los preparó con anticipación especialmente.
Cuando lo daba a Delfino, él tenía la cara ceñuda, -¿Acaso no hay sirvientes en mi casa?
-Soy la madre de Raquel. Es diferente -diciendo esto, le dio otra vez el paquete.
Aunque parecía un poco descontento, Delfino lo cogió.
Cuando Yadira lo despidió a la puerta, Delfino dio una vuelta y la miró, como si quería decir algo. Pero al final solo salió con resoplido.
Mirándolo salir, Yadira estaba muy confusa.
“¿Cuándo lo enfadé?” ella pensó.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Matrimonio de primera