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Matrimonio por beneficio romance Capítulo 3

Capítulo 3.

Festejo.

Ricardo mira a la mujer frente a él, duda unos segundos; ella lo mira sin desviar su atención de su respuesta. Los presentes se conmocionan al ver que demora en responder, creando expectativas sobre los invitados.

—Acepto. —Responde al fin permitiendo que ella le ponga el anillo.

—Por el poder que me confiere la ley, los declaro marido y mujer; puede besar a la novia.

Valentina y Ricardo se miran, acercan sus labios que se unen en un corto beso, apenas se tocan sus labios, los aplausos retumban en el lugar, ambos fingiendo una sonrisa se dirigen a retirarse del centro de los invitados, al ir caminando al salón de banquete, le van arrojando arroz y pétalos de rosas, ambos deben tomar de sus copas y cruzar sus brazos en forma de unión, luego meten las copas dentro de una bolsa y con un pisotón, juntos rompen en pedazos las copas, todo marcha según la tradición, pero Valentina está distraída, todos se acercan a ellos para felicitarlos excepto la madre de Ricardo y su hermana.

— Oficialmente mi nuera.— dice Darío dándole un abrazo corto a Valentina.— Felicidades.

—Muchas gracias —responde ella siendo cortés.

—Hijo, felicidades. —Darío se acerca a abrazar a Ricardo y este se aparta, evadiendo con arrogancia la hipocresía de su padre quien es quien más se beneficia por esta unión.

Darío no se acerca, entiende la indirecta y aparta, entregándole una bebida a Ricardo que tome de un mesero presente. Ricardo toma la bebida y le da un sorbo notando a un invitado especial llegar a buscar a la novia.

—Tu novio vino a verte —le dice Ricardo a Valentina al oído.

Ella, sin entender, lo mira desconcertada.

—¿De qué novio estás hablando?

Ricardo señala con su copa a Julio, quien viene en su búsqueda.

—Los vi anoche cerca de los establos; es una pena que no llegara antes para ver a su amada casarse.

—Estás equivocado… —Ricardo la interrumpe.

—Como digas, resuélvelo, no quiero escándalos.

Ricardo se marcha junto a su padre, dejando a Valentina sola; el recuerdo de la noche anterior viene a su mente, lo que le causa incomodidad ante la presencia de Julio.

Flashback, noche anterior.

Tras llegar del cementerio, Valentina es interceptada por Julio, quien la esperaba cerca de los establos. Julio es uno de sus amigos que siempre ha estado enamorado de ella en secreto y, tras saber sobre su boda, ha decidido confesarle sus sentimientos con la esperanza de que ella le corresponda y huir juntos como lo había imaginado en su mente.

—¿Julio? ¿Qué haces aquí? —pregunta, bajando de su caballo sin notar la presencia de Ricardo a lo lejos.

—Valentina, dime que no es cierto lo que dicen en el pueblo, que no vas a casarte con él.

Julio la toma de la mano y Valentina retrocede.

—Julio, no deberías estar aquí; si alguien te ve, va a malinterpretar las cosas. Por favor, tienes que irte.

—Por favor, no te cases… —Julio la toma en sus brazos.

—¿Qué haces? Suéltame, Julio, suéltame. —Ella forcejea; la escena refleja a dos amantes discutiendo, una escena que Ricardo aborrece, y se aleja del lugar dejándolos de lado; de todas maneras él seguirá adelante con su objetivo. Valentina no significa nada para él y, si ella falla, es una excusa perfecta para terminar con todo esto antes de tiempo.

—Siempre te he amado, Valentina, tú no puedes casarte con él, ¿por qué lo haces? ¿Por dinero? ¿Poder? ¿Es eso? ¿Te vendes a él? —Valentina lo abofetea fuerte alejándose de su agarre.

—A mí me respetas, yo no soy una cualquiera, las razones por las que me caso con él no son asunto tuyo. Te lo había dicho, que entre nosotros no podría haber nada y tú no entiendes. Te ofrecí una amistad sincera, pero eso se terminó; no quiero verte y pediré que te prohíban la entrada mañana. Aléjate de mí, Julio, no vuelvas a buscarme.

Fin del flashback.

Valentina olvidó lo de la restricción y verlo aquí siente que traerá problemas; por ello lo aborda alejándolo de los presentes.

—¿Qué haces aquí? ¿Acaso no te quedó claro que no quería verte aquí?

—Te casaste, te casaste con él, ¿por qué, Valentina? ¿por qué?

—Porque sí, porque quiero a Ricardo, lo quiero a él. Por favor, basta con todo esto, vete, por favor, no quiero lastimarte, solo vete, te lo pido, no hagas un escándalo aquí, no cometas un error, puedes perder tu trabajo en la fábrica.

—No me importa, ese infeliz, ¿qué hizo para merecerte? ¿Qué?

Capítulo 3. Festejo. 1

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