Me entrego al diablo romance Capítulo 1

Punto de vista de Grace

Pude escuchar el canto de los pájaros fuera de la ventana, el destello de la luz del sol llenaba mi corazón de alivio al darme cuenta de que la mañana había llegado y la noche oscura estaba retrocediendo.

Mis ojos estaban apretados con fuerza, luchando por contener los gritos, como siempre intentaba hacer pero no podía evitarlo. Siempre me hacía gritar. Mis manos dolían por aferrarme a las sábanas toda la noche, aunque ahora el dolor en las manos ya no era mi mayor preocupación. Mi cuerpo entero estaba adolorido, exhausto por sus torturas.

No me atrevía a abrir los ojos, no quería verme en esa posición. Sabía que me perseguiría para siempre. Pero aunque no pudiera ver, definitivamente podía sentirlo. Estaba tendida desnuda debajo de él, su cuerpo grande cubriendo mi pequeño ser. Mis piernas dolían por haber estado abiertas tanto tiempo. Solo rezaba para que mi cabeza no golpeara el poste de la cama. La forma en que él seguía embistiéndome después de eso me dejaba indefensa, incapaz de hacer nada.

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo cuando su lengua caliente rozó mi piel ya marcada por sus dientes. Grité cuando me soltó, dejando una sensación ardiente mientras jadeaba por aire.

Traté de mover mis piernas adoloridas, pero su agarre era demasiado fuerte para permitirme moverme. Sentí sus labios rozando mi cuello, pero eso no fue lo más intenso. ¿Cómo podía sentir otros toques cuando él literalmente me estaba desgarrando con su fuerza? Cada embestida suya hacía que mi cabeza diera vueltas.

En este momento perdí la cuenta de cuántos orgasmos había tenido. No tenía idea de cuántas veces me había poseído esta noche.

A medida que aumentaba su ritmo, me aferré a las sábanas con fuerza. Mi corazón se apretaba con cada embestida. Mi piel ardía mientras su cuerpo perfectamente esculpido se deslizaba sobre el mío.

No deseaba este placer, no quería experimentar esta sensación eufórica. No deseaba gemir de satisfacción. No quería sus manos en mí, pero aun así lo estaba disfrutando.

Él no significaba nada para mí, solo era un extraño. Me estaba utilizando.

Mis pensamientos se volvieron confusos cuando una sensación intensa y conocida se acumuló en mi vientre bajo. Mordí mis labios mientras mis dedos de los pies se crisparon automáticamente.

Intenté contener un grito, pero como siempre, fracasé. Dejé escapar un gemido ronco al alcanzar el orgasmo.

Mantuve los ojos cerrados mientras recuperaba el aliento y tragaba saliva para aliviar mi garganta seca y dolorida. Pareció una eternidad; no sabía cuánto tiempo le llevaría alcanzar el clímax. A juzgar por su ritmo, no creía que fuera pronto.

Me preguntaba cómo tenía tanta resistencia. Sentía que estaba al borde del desmayo. Otro minuto y habría perdido la conciencia. La oscuridad ya empezaba a cerrarse en mi cabeza.

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