—Lorenzo, quiero preguntarte algo. Antes de encontrarte conmigo, ¿te has enamorado de alguien?
Camila habló en voz baja y lo miró.
—O sea, antes de casarnos, ¿has amado a alguien?
Camila dudó una y otra vez porque ellos dos ya estaban divorciados, e incluso era normal si Lorenzo amara a otra mujer, pero ella todavía quería saber.
—Camila, en realidad, lo de Cristina es muy sencillo. Su familia tiene una relación de cooperación a largo plazo con el Grupo Cambeiro. Esto es todo, nada más. Sé exactamente lo que Cristina piensa de mí, pero te aseguro que nunca le he respondido ni le he dado esperanza.
A Camila no le hacía falta hacerle la pregunta en absoluto. Lorenzo quería explicárselo a Camila temprano, pero no estaba seguro de lo que ella pensaba por un tiempo, con miedo de hacerla infeliz si ella no prestaba atención.
—Sea como sea, sobre lo que pasó hoy, la culpa es mía, por haberte hecho sufrir tanto.
La voz de Lorenzo era sincera.
Camila miró fijamente a Lorenzo con una expresión tranquila y no dijo nada.
—La disciplina doméstica de la Familia Cambeiro es muy estricta. Incluso sin las restricciones de la disciplina, no me gustan las relaciones desordenadas entre hombres y mujeres, tampoco estoy interesado en provocar a una chica que no debe sentirse atraída por mí. Puedo controlarme, pero no puedo detener los pensamientos y acciones de otra gente. Eres la única muchacha que me he esforzado tanto por tener en mi vida. No tengo otras mujeres.
Lorenzo rara vez tenía el miedo incontrolable. Al ver la mirada escrutadora de Camila, se sintió ansioso por temor a que ella lo entendiera mal.
—Desde el principio hasta el final, la chica a que he amado y tocado eres tú. La Familia Cambeiro no necesita ni desdeña el matrimonio comercial.
Los ojos de Lorenzo estaban llenos de confianza.
«Claro que sí, el Grupo Cambeiro es tan poderoso que no necesita un matrimonio de negocios para consolidar la posición en los círculos comerciales.»
Sin embargo, cuando Camila se acordó de las palabras de Raúl, y de repente sintió un dolor en su corazón pero pronto ocultó las emociones.
—También tengo algo que preguntarte.
Lorenzo vio que el nudo en el corazón de Camila había desatado, la sostuvo en sus brazos y le preguntó.
—¿Qué?
Camila enarcó las cejas y miró a Lorenzo sin reacción.
—¿Estás celosa de Cristina?
Lorenzo levantó la mano y frotó suavemente la mejilla delicada de Camila.
Camila se sonrojó y no sabía si era por las acciones de Lorenzo o por su pregunta.
El aliento dulce y el aura fuerte del hombre rodearon a Camila y él le susurró al oído.
—A la luz del día, debes actuar en serio.
Camila tosió innaturalmente.
—Es casi de noche.
La voz de Lorenzo era aún más embriagadora en la oscuridad.
—¡Jajaja, detente, déjame en paz!
Lorenzo levantó deliberadamente la mano y tocó suavemente la cintura de Camila. Ella era la más cosquillosa y se rió tanto que sus lágrimas estaba a punto de salir. Ella quería escapar pero fue abrazada por Lorenzo sin poder liberarse.
—¡No estoy celosa!
Camila se negó a admitir los celos, levantó la mano con enojo y golpeó a Lorenzo en el brazo.
Lorenzo se sintió un poco emocionado por parecer haber vuelto a los días felices anterioeres.
—Ese día en la habitación, ¿pasó algo a Daniel y a ti?
Lorenzo vaciló mucho en su corazón pero todavía se animó a preguntar.
En el momento en que lanzó la pregunta, él no se atrevió a saber la respuesta de Camila.
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