—¡Camila!
Lorenzo se abalanzó y levantó a Camila.
La expresión de Janet cambió. Se quedó sin palabras asustada.
Vio la cara agraviada de Camila nervioso y le tomó del brazo. Cuando encontró la herida, su mirada se suavizó, pero se enfadó cuando vio a Janet.
La mirada de Lorenzo era fría como si fuera Satán de infierno. Janet nunca había visto a Lorenzo así. Incluso sentía que la sangre se solidificó. Temblaba los labios pero no podía decir nada.
—Me duele.
Camila temblaba de dolor. Apoyó en el brazo de Lorenzo llorando y apretó su ropa sin soltarla.
Lorenzo sabía que Camila no era emotiva y era mujer independiente. Tal vez era por su carrera, raras veces expresó la debilidad cuando estaba enferma. Sentía que la herida de Camila también le dolía.
—Te llevo al hospital.
Lorenzo aguantó el impulso de matar a Janet, e intentó a levantar a Camila.
Camila gimió. No era por fingir sino por la grave herida.
—¡Explica!
Lorenzo miró a Janet, con voz enfadada.
La emoción de Camila era complicada. Lo que había hecho Lorenzo le sorprendió. Sabía que no era emotivo. Camila no podía parar de llorar.
Lorenzo la vio así, y sentía que le dolía el corazón.
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