Mi Esposa Astuta romance Capítulo 287

—Tengo cosas más importantes hoy, así que me voy ahora.

La voz de Lorenzo era tranquila e indiferente.

«¿Qué cosa más importante? ¿Ya se va?»

Todas las expectativas y fantasías de Estela se extinguieron por completo, como si un fuego fue extinguido por un recipiente de agua helada con escoria de hielo. ¿Llegó a toda prisa y se fue a toda prisa?

Incluso las pocas palabras suyas eran obviamente fórmula cortés.

Parecía que poder ir a verla al banquete era un gran regalo para ella.

—Yo... Lorenzo, ¿qué cosa más importante? Acabas de llegar...

Estela estaba agitada, su pecho palpitaba violentamente. No podía entender dónde estaba equivocada y una sensación de pérdida la golpeó.

Lorenzo ni siquiera miró a Estela, se dio la vuelta y estaba a punto de irse.

Estela estaba completamente atónita. Pareció que nunca lo había entendido. Si los dos se casaran en el futuro, ¿podría controlar a ese hombre?

Siempre parecía un extraño, e incluso si hablaba poco con ella como si apreciara las palabras como el oro. ¿Qué tipo de mujer podría entrar en el corazón de Lorenzo?

Estela realmente quería saber.

—Tengo una buena idea para que la hija de la Familia Amengual se arrepienta y rompa el compromiso primero. ¿Queréis saberlo?

No muy lejos, una voz burlona llegó al oído de Lorenzo, lo que llamó su atención.

—Oye, Antonio, eres tan audaz, ¿no tienes miedo de que tu abuela te castigue por arrodillarte en el salón ancestral?

Alguien gritó.

—Oye, realmente me subestimáis. Mi abuela va a castigarme si yo rompa el compromiso. Pero si fuera la chica de la Familia Amengual, ¿qué hay que ver conmigo?

Antonio miró perezosamente el modelo de automóvil en sus brazos, sacó su teléfono móvil y llamó al número de teléfono de la chica de la Familia Amengual.

—Recuerda que cuanto más seductora sea tu voz, mejor. Debo estimular a esa chica tanto como sea posible y te recompensaré con mucho dinero.

—Eres realmente mal. Soy una niña tan inocente. No sé qué tipo de voz seductora que dices.

La modelo de auto sonrió mientras se tapaba los labios, abriendo la boca con delicadeza.

—Putita, ahora pretendes ser inocente. ¿Quién emitió gritos que soñaban en toda la villa anoche?

Antonio acarició sórdidamente la mujer con su gran mano.

Había silbidos por todas partes.

Después de la broma, Antonio les indicó a todos que se callaran y esperó a ver el espectáculo. Cuando todos entendieron, inmediatamente se callaron.

Para que todos escucharan claramente, Antonio encendió el altavoz al máximo.

—Hola, ¿quién es?

Después de un rato, la otra persona respondió la llamada y una voz suave y agradable salió del micrófono.

¡Dios!

«Se rumorea que esta señorita de la Familia Amengual que acaba de ser recibida es tan fea, usa una máscara todos los días y no se atreve a mostrar su verdadero rostro. Esta voz es realmente hermosa, es una lástima.»

La atención de Lorenzo fue instantáneamente atraída por la voz suave y agradable, y simplemente se quedó quieto.

Sus ojos miraron fríamente a Antonio, que tenía una cara de rufián, y luego su mirada se posó en la pantalla del teléfono móvil de Antonio.

Esta voz...

El corazón de Lorenzo se encogió violentamente, con estallidos de dolor. Inconscientemente levantó la mano para cubrir la posición de su corazón.

—Mi nombre es Antonio. ¿Eres la mujer enmascarada que no se atreve a mostrarte? Debes conocer la verdad de que no me casaría contigo, aunque las dos familias tienen un contrato de matrimonio. Será mejor que tú rompas el compromiso primero. Ya es un gran honor para ti. Hay muchísimas mujeres a mi alrededor, pero no te quiero.

Antonio abrió la boca con pereza, levantó la mano para acariciar la mujer. El modelo de automóvil era una mujer inteligente y su voz era encantadora.

—Llama, cariño, compláceme.

Antonio continuó hablando. La cooperación entre los dos parecía haber follado realmente.

La multitud miró atentamente el teléfono celular de Antonio, esperando el próximo movimiento. Pero después de mucho tiempo, ¿por qué la otra parte no respondió?

¿Colgó el teléfono?

No hubo sonido ni reacción. Antonio y el modelo de automóvil querían dejar de actuar. Maldijo en su corazón.

«Maldita mujer, ¡habla! ¡Voy a morir de agotamiento!»

—¿No sigues gritando?

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