Mi Esposa Astuta romance Capítulo 294

En la habitación reservada de un bar.

—Sr. Antonio, tu suerte es realmente buena hoy. Nos has ganado varias rondas.

—Escuché que tu prometida estudia en la Universidad Echic después de ser rechazada por la Academia Eustace.

—Si no hubiera sido rechazada por el director, tal vez habrías estar con ella, pero ahora ni siquiera tienes que pensar en ello.

—Cualquiera de Fretston sabe que la Universidad Echic es una escuela no buena. Pero ella está dispuesta a ir, así que ella no debería sacar buenas notas.

—Después de todo, Familia Amengual es poco educada.

El público se rio.

—Estáis muy bien informados —dijo Antonio mientras coqueteaba con la modelo.

—Es tan molesto que esta tonta, que no tiene nada que ver conmigo en primer lugar, ahora va por ahí avergonzándome en nombre de mi prometida. ¡Voy a frenarla!

Antonio habló con disgusto, golpeó fuertemente su copa de vino sobre la mesa de café, se levantó y salió.

—¡Vamos! ¡Sigámoslo y averigüémoslo!

Todos estaban llenos de emoción.

***

—Estela, Hay un alboroto en la escuela, ¡vamos a ver!

—Esta mañana, nuestra escuela fue casi demolida por la familia Amengual, y eso asustó al director.

—Acabo de ver a Antonio dirigiendo a un grupo de hombres a la Universidad Echic.

—Así es, todos tenemos curiosidad también por la prometida de Antonio.

—Vamos, ven con nosotros. Apuesto a que incluso si Antonio hubiera traído más gente al problema esta vez, todavía habría perdido ante su prometida.

—En cuanto a la fuerza, una chica ciertamente no puede vencer a un hombre, pero si hablamos de una discusión, seguramente él perderá.

Estela era agradable en la superficie, pero su corazón estaba lleno de preocupaciones.

«¡Es molesto que Camila haya regresado por poco tiempo y haya logrado armar varios escándalos! ¿Qué es ella? ¡Soy el centro de atención! ¿Cómo puede la familia Amengual compararse con la familia Bailey?»

—Que se diviertan. Tengo una cita con Lorenzo —respondió Estela con una sonrisa.

—Vaya, ¡están tan enamorados!

—¡Qué envidia!

—Estela, pronto serás Sra. Cambeiro, pero no nos olvides.

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