Mi esposa con múltiples identidades romance Capítulo 109

Jennifer se quedó en la puerta conmocionada, molesta por lo que dijo Catherine.

Catherine se levantó y caminó hacia Iván. Dejó la taza de café sobre el escritorio de Iván, apretó las manos sobre el escritorio y dijo con seriedad: "Iván, aunque intentes enfrentarte a Aubree, es una tontería por tu parte sacrificar tu propia felicidad".

Jennifer se detuvo en seco y apretó los puños con calma.

"Iván, siempre puedo esperarte. Cuando te decidas y te divorcies de Jennifer, estaré dispuesta a ser tu esposa".

Iván se sintió molesto y quiso echar a Catherine, pero en el momento en que levantó los ojos, vio a Jennifer de pie en la puerta.

"Perdón por la intromisión". Jennifer se dio la vuelta y quiso marcharse.

Iván se levantó, apartó a Catherine y corrió rápidamente tras Jennifer. Catherine casi tropezó con el suelo.

Perdió el equilibrio, se dio la vuelta y se agarró al sofá, casi rompiéndose el pie con los tacones.

En el pasillo lleno de bajorrelieves, Iván agarró el brazo de Jennifer y la detuvo frente al ascensor.

Antes de que Jennifer pudiera entender lo que estaba pasando, la arrastró de vuelta a la oficina.

"¡Iván! ¿Qué estás haciendo?" Jennifer luchó. "¡Suéltame! No quiero veros a ti y a ella".

¡Catherine observó consternada cómo Iván hizo entrar a Jennifer y la llevó directamente a una cámara secreta!

El archivador era giratorio.

Después de que Iván entrara, el archivador volvió a su posición original.

Catherine miró hacia ese archivador con resentimiento y se mordió los labios inferiores.

¿Cómo se atreve Jennifer a resistirse? Iván tomó la iniciativa de abrazarla.

Pero Jennifer fingió no querer. ¡Qué mujer tan hipócrita!

En la cámara descansaba Iván, y dentro de ella había un dormitorio, que Catherine conocía.

Ella había hablado con Iván sobre un plan en ella.

La cámara tenía una gran ventana del suelo al techo, por lo que estaba bien iluminada.

Iván arrojó a Jennifer sobre la amplia y mullida cama.

¡Las imágenes de ella comiendo con Spencer seguían atormentando a Iván! Le hacían fruncir el ceño una y otra vez.

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