Mi ex-esposa con cáncer romance Capítulo 35

Carlos se congeló, mirando a Micaela con sorpresa. No se creía eso de que ella se iba a casar con Marcos.

¿Cómo podría haberse casado con Marcos?

En ese momento le dolía el corazón hasta la asfixia.

Resultó que sufriría tanto saber que su amada estaría con otra persona. Pensó en lo duro que debió ser para ella cuando había intimado antes con Adrianadelante de ella.

Sin embargo, era demasiado tarde para arrepentirse.

Pero él no permitiría que se casara con nadie más.

—¡No permito que te casaras con otro después de descubrir que podría haberme enamorado de ti! —la voz de Carlos era dominante.

—¡Tampoco dejaré que te la lleves!

Después de que Marcos y el doctor Hark hablaran sobre el estado de Micaela, recibió una llamada de la asistenta. Inmediatamente se apresuró a volver a casa.

Pero escuchó las palabras de Micaela de que quería casarse con él. Sea cierto o no, se sentía el hombre más feliz del mundo en ese momento.

No le importaba mostrar su amor delante de Carlos.

Micaela aprovechó el momento de aturdimiento de Carlos para liberarse de sus brazos. Después de ayudar a Ana a levantarse primero, saltó inmediatamente a los brazos de Marcos.

Su rostro mostraba una dulce sonrisa.

Marcos también la tomó inmediatamente en sus brazos con fuerza. En su corazón, realmente temía que Micaela accediera a las demandas de Carlos.

Siempre había sabido lo mucho que le gustaba a Micaela ese hombre.

Cuando Carlos vio a la pareja enamorada, sintió que no pudiera respirar.

Marcos pudo ver la expresión de dolor que Carlos. Le acarició deliberadamente la cara a Micaela y dijo con orgullo:

—Carlos, cuando ella se mejore, tendremos una gran boda de inmediato. Recuerdo que cuando te casaste con ella, la trataste muy mal. No te preocupes, le compensaré.

Micaela giró la cabeza hacia el otro lado, sin mirarle.

Solo se oía su voz indiferente:

—Mientras no aparezcas, mi enfermedad se curará naturalmente. ¿Lo has olvidado? ¿No eres tú el que más me ha herido en estos años?

Carlos se fue llorando, sin atreverse a darse la vuelta.

Él había creado la situación actual.

Miró su figura solitaria y le dolió un poco el corazón.

Pero no volvería a cometer el mismo error.

Después de marcharse, Carlos fue a un bar y bebió día y noche.