Capítulo206
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¡Pero eso fue diferente! Alejandro ni siquiera me informó cuando se divorció, jahora es aún
menos probable que me lo comunique si cancela la boda!
-¿Cómo puede ser igual?
Ema respondió con un tono alto y fuerte, muy diferente a su habitual suavidad: -Alejandro
simplemente no ama a esa Clara. Pero Alejandro y Beatriz han sido amigos de la infancia, tienen
una relación profunda.
-Si, de verdad no entiendo. Si tienen una relación tan profunda, ¿por qué tu sobrina no está
satisfecha? ¿Por qué no puede quedarse a su lado silenciosamente? ¿Por qué tiene que buscar
problemas con la señorita Clara? Esta noche, tu sobrina actuó así delante de Julio. ¡Eso realmente
avergonzó a la familia Hernández! No hay forma de que yo la ayude con esto, si el matrimonio
puede realizarse o no, no es algo que pueda decidir.
Enrique recordó las burlas de su padre y no sentía cómodo. Friamente miró a Beatriz y le dijo: -Si
supiera que esto llegaría a este punto, debería haber convencido a Alejandro de no divorciarse en
primer lugar. Ahora mira, no solo no son compatibles, sino que también sigue causando problemas
en la familia.
Viendo que incluso el cabeza de familia no se preocupaba por ella, Ema se sintió tan imponente.
Tía… ¿qué haremos ahora, tía?-los ojos de Beatriz estaban hinchados como nueces y apenas podia
respirar con sollozos entrecortados.
-¡Ja, ja, ja! ¡Sirves bien merecido!
Leona estalló en carcajadas: -¡Te lo mereces por haberme utilizado! ¡Te lo mereces por conspirar y
traicionarme! ¿Todavía esperas casarte con mi hermano menor, una mujer egoista y desleal como
tú?
-Yo… ¿cuándo te he utilizado? ¿Cuándo te he traicionado?
Beatriz se secó las lágrimas y trató de defenderse: -La fiesta era tan grande y había tanta gente, no
puedo encargarme sola. Te pedí que me ayudaras para asegurarnos de que todo saliera perfecto..
Además, nunca te pedí que te acercaras a Rodrigo. Fue tu decisión poner algo en su bebida y
¿Me estás culpando? ¿Te atreves a culparme?-Leona, sin el disimulo y la frialdad de Beatriz, la
tomó del cabello y arrancó violentamente una costosa horquilla de diamantes, llevándose consigo
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Justo en ese momento, Ema apareció y gritó furiosa -¡Basta! ¡Dejen de pelear ahora mismo!– Beatriz y Leona se soltaron el cabello, respirando agitadamente, sus ojos rojos y llenos de ira.
Voy a contar hasta tres y ambas me soltarán. ¡Uno! ¡Dos! ¡Tres!
Ambas mujeres finalmente se soltaron y se miraron con enojo y desprecio. Ema exigió que Leona se fuera y le pidió a Beatriz que se quedara para hablar a solas.
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