Capítulo546
En el camino de regreso, Clara se recostó en el hombro de su hermano mayor, sintiendo un ligero cansancio. En realidad, ella tenía curiosidad por saber qué había dicho Arturo exactamente a Alejandro. Sin embargo, pronto desechó esa idea de su mente. Probablemente no habían sido palabras amables, ni tampoco palmaditas de consuelo. A pesar de su apariencia gentil, Arturo a
veces podía ser más implacable que ella.
-No, Diego, ¿qué quieres decirme? – Clara parpadeó con sorpresa cuando su hermano le habló en
voz baja.
-Clara, sabes a lo que me voy a referir, pero ¿no has notado algo extraño entre esos dos? – Diego
sonrió levemente. -Quizás me equivoque, pero siento que hay una tensión extra entre Aarón e
Inés.
Clara lo miró con incredulidad. -No hagas ese tipo de chanzas ¿Estás seguro no son los tragos de
mas nublando tu cabeza y haciéndote ver sandeces?
-Nunca bromeo sobre asuntos de relaciones entre hombres y mujeres- respondió Diego con
seriedad. No sé si lo notaste, pero cuando Aarón estaba ayudando a Inés a mantenerse en pie, sus
expresiones eran un tanto extrañas, y ambos estaban sonrojados. Especialmente Inés, la forma en
que miraba a Aarón era exactamente igual a cómo solías mirar a Alejandro.
Clara parpadeó, sorprendida. -Hermano, ¿por qué involucras mis asuntos en esto? – Aunque protestó en voz alta, en su interior, comenzó a cuestionarse la relación entre Aarón e Inés. ¿Cuándo
había sucedido esto? ¿Cómo no lo había notado en absoluto?
-Aarón ya no es joven, está llegando a la mediana edad. Desde que se graduó de la universidad, ha
estado trabajando diligentemente a mi lado como secretario. Y ahora, cuando lo he asignado para
ayudarte, ha aceptado sin quejas. Año tras año, ha estado trabajando, sin descanso alguno- dijo
Diego mientras abrazaba el hombro de Clara, hablando con seriedad.
-¡Pero si todo esto es cierto, Aarón está enamorado de Inés y todo a mis espaldas! – Clara golpeó el
marco de la ventana con un puñetazo. Apretó los dientes y continuó, -Los hombres
-¿Cómo es posible que alguien desarrolle sentimientos hacia otra persona así tan rápido – Clara
frunció el ceño, mostrando escepticismo.
-La razón no entiende lo que el corazón dicta- respondió Diego con una mirada profunda y
reflexiva. -Por ejemplo, hoy, trece años después, Alejandro te volvió a salvar la vida. Ahora que lo
tienes frente a ti, ¿puedes distinguir claramente entre el amor y el odio? ¿Puedes asegurarte de que
lo detestas y lo odias por completo, sin un ápice de afecto?
Un pinchazo atravesó el corazón de Clara y su respiración se volvió pesada. Recordó la noche en la
que estuvieron en peligro, cuando Alejandro, herido de gravedad, la llevó bajo la lluvia torrencial a
través de un largo camino. Recordó cómo, en la oscura y húmeda cueva, él se despojó de casi toda
su ropa para abrigarla, todo con el único propósito de mantenerla cálida y cómoda.
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