Capítulo586
El enfado de Rodrigo fue notablemente efectivo.
Diez minutos después, Rodrigo lleva a Noa al departamento de otorrinolaringología.
El médico hace una serie de comprobaciones a la niña con precaución, Rodrigo y Luisana la
observan preocupados.
-Doctor, ¿cómo está? -El hombre no puede contenerse.
-Es una lesión externa que causó la perforación del tímpano.
El médico respondió con sinceridad: -Me encuentro con varios pacientes a la semana en esta situación, y la mayoría son causadas por bofetadas. Algunas graves pueden incluso provocar
secuelas de por vida, como zumbido en los oídos.
Los rostros de Rodrigo y Luisana muestran sorpresa.
El corazón del hombre se contrae al escucharlas palabras “secuelas de por vida”.
-Entonces, doctor, ¿se puede tratar y curar esto? -Luisana se ocupa de preguntar preocupada, igual que la propia hermana de Noa que se preocupa por ella.
-No se preocupen, veo que el tímpano perforado de esta señorita no es muy extenso, además ustedes la trajeron al hospital a tiempo, debería poder curarse……
Las cejas de Rodrigo se levantan, su voz suena violentamente: -¿Debería?
-¡Definitivamente! ¡Definitivamente puede curarse! Mientras se haga la cirugía, se aplique la medicación correctamente, y no se esfuerce demasiado ni se moje durante el periodo de
recuperación, ¡seguro que se curará! -El doctor está bastante asustado por esta mirada severa de
Rodrigo, y no se atreve a dudar.
-Está bien.
Rodrigo se coloca delante de Noa, rodeando su tembloroso cuerpecito entre sus brazos, mirando al doctor con una mirada fría y severa: De lo contrario, esta será tu última presencia de la clínica en
esta vida.
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El médico acepta con timidez.
Rodrigo se inclina, pacientemente palmeando y acariciando la espalda de Noa, sus labios cerca de su oreja derecha no lesionada, suavemente aliviando: -No tengas miedo, estoy aquí dejaré que te suceda algo mal.
Definitivamente te dejará volver con tu hermano sana y salva.
nunca
Luisana observó esta cálida escena desde un lado, la guardaespaldas, que siempre se mostraba fría
e indiferente, tenia los ojos ligeramente enrojecidos.
-Rodrigo Me acabo de enterar, ¿me van a operar? -Noa se adaptó un poco esta vez, vagamente
Noa con voz sollozante, resistiéndose con todo su cuerpo.
Luisana notó con agudeza que la señorita Hernández parecía sentir un miedo y una repulsión
extraordinaria hacia el hospital.
Parecía que había una profunda sombra en su corazón.
-¿Está segura? ¿cariño? ¿De verdad quieres quedarte sorda? En ese caso, no podrás oír nada de lo
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-Noa frunce sus labios y titubea un poco.
Rodrigo se arrodilla ante Noa, levantando sus manos ligeramente frías y la abraza con fuerza, tratando de persuadirla con paciencia: Considera en hacerte la cirugía. Piensa en Rodrigo, ¿De
acuerdo?
De lo contrario, tu hermano y su familia tendrán que quitarme la piel y azotarme. Noa, por favor,
ten piedad del Rodrigo, ¿de acuerdo?
La actuación de lástima de Rodrigo realmente funciona.
Noa se frota los ojos enrojecidos de tanto llorar y acepta lentamente con la cabeza.
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