Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo romance Capítulo 154

••• Punto de vista de Ernesto •••

¿Atado a él?

¿Romántico?

¿Bestias salvajes?

Alia tenía razón. ¡Aleksander estaba loco!

“Eres un macho lobo Alfa. Las bestias salvajes serán las que te temen”, resoplé.

“Tal vez deberías venir con nosotros”, murmuró Alia, haciendo que el loco de Aleksander me sonriera con aire de suficiencia.

“Tres cabezas piensan mejor que dos. Quizás podamos encontrar la salida más rápido”, continuó Alia.

El loco Aleksander le sonrió a Alia antes de extender su brazo, fingiendo sentir lástima: “Amigo, todavía estoy herido. Necesitaré tu apoyo para caminar”.

Le di una patada en la pierna y le gruñí. “¡Deja de fingir ser débil! Estás curado gracias a su sangre y aún así quieres que ella te apoye. ¿Eres siquiera un hombre?

Alia frunció el ceño y dijo una frase que nos asustó tanto a Aleksander como a mí. "Ernesto, puedes apoyarlo mientras caminamos".

"¡Joder, no!" Me negué de inmediato. ¡No había manera en el infierno de que quisiera apoyar a mi enemigo y amar a mi rival!

“Puedo caminar solo, amiguito. Soy un lobo fuerte. Estas heridas no significan nada”, Aleksander se levantó y se sacudió los pantalones, luciendo sano como un caballo.

Le puse los ojos en blanco y resoplé.

Sí claro…

Ahora dijo que esas heridas no significaban nada cuando hace un rato dijo que estaba herido y necesitaba apoyo.

Qué bastardo intrigante y descarado...

Caminamos en círculo bajo el sol abrasador brillando, y solo nos detuvimos cuando vimos a Alia jadeando por la fatiga.

“Busquemos una cueva para que descanse el pequeño compañero”, me susurró Aleksander y yo estuve de acuerdo con él.

No pudimos encontrar una cueva, así que la llevamos debajo de un árbol enorme para proteger a nuestros compañeros, joder, odio decir "nuestros compañeros", pero Alia sintió el vínculo con él y no pude hacer nada al respecto.

"Alia, descansa aquí primero", tomé su mano y la llevé a sentarse debajo del árbol, antes de darle una botella de agua.

"Gracias, Ernesto", me sonríe agradecida mientras toma la botella de agua y toma un sorbo de ella.

El rostro de Aleksander se oscureció y le sonreí.

¿Infantil? Que así sea mientras Alia pueda ser mía.

“Amigo, fui yo quien propuso dejarte descansar”, se quejó y se quejó Aleksander, dejándome boquiabierto.

¡¿Que demonios?!

¿Era así como debería comportarse un Alfa de la mafia?

Alia puso los ojos en blanco, pero había una pizca de diversión en sus hermosos ojos oscuros mientras miraba a ese estúpido Alfa de la mafia tratando de actuar lindo.

"Eres repugnante", le escupí esas palabras.

"¿Y tu no eres?" resopló. "Tomaste mi esfuerzo como tuyo, eso es más repugnante".

Lo miré y él me devolvió la mirada, ninguno de los dos estaba dispuesto a dar marcha atrás, el aire crepitaba con la tensión de nuestras miradas asesinas hasta que Alia lo rompió.

"¡Suficiente, chicos!" Alia dijo con exasperación. “¿Por qué discuten como niños? ¡Ambos son Alfas, por el amor de la Diosa! Vete si aún quieres continuar. Necesito dormir un rato”.

Y logró calmar la tensión entre nosotros mientras se recostaba en el suelo, usando sus manos como almohadas.

Me senté a su izquierda mientras Aleksander se sentaba a su derecha y pronto escuchamos el sonido de su respiración constante.

Vi a Aleksander acariciar su mejilla con una suave sonrisa.

“¿Puedes dejar de tocarla?” siseé.

"¿Celoso?" él sonrió. "Ella siente un vínculo mutuo conmigo pero no contigo".

Joder, ¡sabía cómo tocar mi punto dolorido!