Mi ex-Luna rechazada, vuelve conmigo romance Capítulo 82

••• Punto de vista de Amelia •••

Ese majestuoso lobo negro...

—¡Roberto! Alexa gritó débilmente.

Sí, nadie habría confundido a ese lobo negro con otra persona que no fuera Roberto.

¿Vinieron a salvarnos? ¿Cómo supieron dónde encontrarnos? ¿Sam les dijo?

Sam miró al intruso y rápidamente cambió a su forma de lobo.

Atrás quedó el elegante lobo azul medianoche cuando nos conocimos. Sus ojos ahora estaban inyectados en sangre, gruñendo amenazadoramente a Roberto con saliva goteando de una comisura de su boca, llena de intenciones asesinas.

Roberto, por otro lado, estaba más tranquilo y aún se veía tan majestuoso como siempre.

El lobo de Sam se abalanzó sobre Roberto y se produjo una feroz batalla entre ellos.

Empujé mi cuerpo hacia arriba con mis manos temblorosas para poder sentarme y mirarlos.

Cuanto más duraba la pelea, más obvio era que estaban tratando de matarse entre ellos, o al menos el lobo de Sam estaba tratando de matar a Roberto.

Aunque Roberto era tan fuerte como el lobo de Sam, o incluso un poco más fuerte, no tenía intención de dejar que se mataran entre ellos.

No quería que el lobo de Sam matara a Roberto, ni quería que Roberto matara al lobo de Sam. Sam era el Príncipe Alfa y no sería bueno matar a alguien importante.

"¡Basta, ustedes dos!" Grité, pero desafortunadamente, mi voz era como un susurro ronco.

Ambos lobos habían sufrido heridas y saltaron hacia atrás, creando un espacio entre ellos.

¡Era mi oportunidad de detener la pelea!

Reuniendo toda la fuerza que me quedaba, salté al espacio entre ellos, pero debido a mi error de cálculo, ambos atacaron al mismo tiempo.

Grité cuando sentí dolores punzantes en mi hombro antes de que la oscuridad me rodeara.

***

Me despertó un pitido y un dolor.

Lo primero que vi fue un techo blanco antes de escuchar una voz familiar que me llamaba por mi nombre.

“¡Alia, estás despierta!” Nico dijo con alivio.

"¿Nico?" Pregunté con una voz ronca. Mi garganta estaba seca y me dolía hablar.

Nico rápidamente tomó una taza de té caliente y me la entregó.

Después de tomar algunos sorbos, me aclaré la garganta y le pregunté: “¿Por qué estás aquí? ¿Dónde estoy?"

“Estás en el hospital de Manada Plenilunio. Me llamaron para cuidarte”, explicó y comenzó a atender mis heridas.

“Oh…” Eso fue todo lo que pude decir.

“¿Sam y Ernesto?” Le pregunté.

"¿Que hay de ellos? ¿Fueron ellos los que causaron estas heridas? preguntó con los ojos entrecerrados.

"No", negué y negué con la cabeza. Parecía que la noticia aún no se había difundido.

Miré mis heridas y solo vi algunos rasguños y marcas profundas de dientes que habían comenzado a sanar.

"Nico... ¿Sabes lo que sucederá cuando un hombre lobo también rechace a su pareja de segunda oportunidad?" Le pregunté suavemente.

Pareció sorprendido y dudó en responder.

"Tu sabes la respuesta. Cuéntame, Nico —le insté.

"Es..." Todavía dudaba en responder, pero lo miré fijamente, haciendo que se rindiera al final.

“Será más doloroso, especialmente con la ruptura del vínculo de pareja y no solo un rechazo. Será más doloroso que el primero”, hizo una pausa y suspiró. "Y el hombre lobo podría perder a su lobo".