Mi Frío Exmarido (Amelia y Dorian) romance Capítulo 1001

Amelia se dio cuenta de la incomodidad de todos.

Sabía que la clave para romper el hielo estaba en ella.

Aunque mostrara un poco de la calidez con la que se saluda a un amigo, la situación no habría sido tan incómoda.

Pero quizás fue aquel sentimiento enterrado en lo profundo de su subconsciente lo que la frenó; no podía saludarlos como a los demás, a pesar de quererlo, simplemente no podía superar esa barrera.

Petra estaba sentada a su izquierda, con Serena entre ellas.

A la derecha de Amelia estaba Dorian, quien escuchaba atentamente a Manuel.

Amelia no quería interrumpir su conversación, pero tampoco quería que el ambiente se tornara más incómodo, así que se limitó a fingir que arreglaba la ropa y el cabello de Serena.

Petra sabía que ella había tenido a Serena después de divorciarse de Dorian, sola en el extranjero. Al pensar en ello, sentía una punzada de dolor.

En aquel entonces, habían volado especialmente a Zúrich para conocer a Fabiana, cuando se habían encontrado con Amelia.

Si en aquel momento hubieran sabido que Amelia era Amanda, ella no habría tenido que pasar por el sufrimiento de dar a luz sola en tierra extranjera, mientras equilibraba sus estudios y trabajo.

"¿Fue muy duro estar sola con un niño en el extranjero?"

Al ver cómo Amelia cuidaba con delicadeza a Serena, Petra no pudo evitar preguntar.

Amelia pausó un momento y luego sonrió levemente a Petra: "Estuvo bien."

Ella no recordaba ese momento, así que no podía imaginar cómo se había sentido en esa época.

"Estuvo bien" era la respuesta más segura.

Petra, por supuesto, lo sabía. Solo buscaba un tema de conversación.

"Es culpa nuestra por no ser más observadores. Estábamos ahí, en Zúrich, te vimos, pero jamás imaginamos que tú eras Amandita. Por nuestra negligencia, pasaste años sufriendo innecesariamente."

Dorian giró su cabeza hacia Amelia de inmediato.

"No hace falta verificarlo." Dorian habló, su voz se había tornado más profunda, "Que seas Amelia es suficiente."

Amelia solo sonrió y negó con la cabeza.

Los demás también terminaron mirándola sin poder evitarlo.

"Aquel día eran tu hermano y ellos los que estaban haciendo desastres, no tienes que prestarles atención." Manuel habló, su voz sonaba algo profunda, y después de decirlo, no pudo evitar lanzar una mirada severa hacia Lorenzo, Óscar y Petra.

Los tres mostraron diferentes grados de incomodidad, bajando ligeramente la mirada.

Amelia levantó la vista hacia Manuel, su expresión seguía siendo cortés y amable: "No me preocupa eso. Quiero hacer esta prueba simplemente para estar segura de quién soy realmente."

No quería seguir sintiéndose incómoda con la gente de la familia Sabín. Sea quien sea, pariente cercano o lejano, ella deseaba poder interactuar con ellos como cualquier otra persona, en lugar de sentirse constantemente fuera de lugar.