Mi Frío Exmarido (Amelia y Dorian) romance Capítulo 1055

Dorian le echó una mirada a Alberto. Este, como un conejo asustado, retiró su mirada de inmediato y, tartamudeando, comenzó a explicar: "El día de la cena principal ocurrió un imprevisto; de repente, decenas de personas comenzaron a mostrar síntomas al mismo tiempo. Primero nos ocupamos de enviar a la gente al hospital y de controlar la información. Había muchos invitados y el hotel no tenía suficiente personal, ni siquiera pensamos que podría tratarse de una intoxicación alimentaria. Para cuando terminamos todo y volvimos a ocuparnos del asunto, la cocina ya había sido limpiada, así que no pudimos determinar cuál fue el plato problemático ni rastrear al proveedor. Solo pudimos... poco a poco... revisar e investigar, y en poco tiempo... no pudimos... presentar los resultados de la investigación..."

Hacia el final, la voz de Alberto se fue apagando lentamente, tan baja que casi ni él mismo podía oírse. El ambiente se llenó de una tensión palpable, y hasta los ocasionales tosidos eran reprimidos. En la sala, solo el teléfono de Dorian seguía sonando incansablemente. Dorian ya no podía prestarle atención; con el rostro severo y la mirada fría, permanecía inmóvil, observando a Alberto.

Alberto ya no podía seguir explicando; el sudor caía por sus mejillas como gotas gruesas, y su cabeza estaba casi enterrada en la mesa de la conferencia. Todos mantenían la cabeza baja, sin atreverse a respirar demasiado fuerte, evitando enfrentarse a la presión creciente en la sala por la explicación de Alberto.

"¿Tienes idea de lo que estás diciendo?", finalmente habló Dorian, con su voz profunda y fría. "Decenas de personas experimentando vómitos y diarrea por intoxicación alimentaria al mismo tiempo, y con tantas personas en la empresa, ¿nadie pensó en la intoxicación alimentaria? ¿De verdad crees eso?"

Alberto no se atrevió a decir una palabra.

"Un incidente en la cena del hotel, con personal insuficiente, y en vez de notificar inmediatamente a la sede para que manejen la situación, te ocupaste de controlar la información. ¿Estabas pensando en la empresa o en ti mismo?", continuó Dorian.

Alberto seguía con la cabeza gacha, sin atreverse a hacer un sonido.

"¿Necesito explicarte el procedimiento de emergencia correcto?" Dorian apoyó las manos en la mesa, inclinándose lentamente hacia adelante y mirando a todos. "En un caso de intoxicación alimentaria en la cena, llamar a la policía para que selle y examine el lugar y enviar a los afectados al hospital son acciones que se deben realizar simultáneamente. ¿No tienes ni tiempo para hacer una llamada?"

"Principalmente temíamos que llamar a la policía y hacer público el incidente pudiera afectar la reputación del hotel..." Alberto levantó la cabeza instintivamente para explicar, pero al encontrarse con la mirada penetrante de Dorian, bajó la voz de nuevo.

"Temías por tu futuro, eso es lo que pasa." Dorian lo desenmascaró directamente. "Pensaste que podías manejarlo, que no era necesario hacerlo público, mucho menos informar a la sede."

"Yo... esto..." Alberto, sudando profusamente, intentó defenderse, pero no pudo articular palabra.

Dorian no lo presionó más, simplemente lo miró, retirando lentamente su mirada de su frente sudorosa para mirar el teléfono que no dejaba de sonar, y lo tomó. La llamada era de un número secundario de Yael.

Dorian frunció el ceño y contestó: "Hola."

"¿Continuamos con la reunión?"

"Supongo que sí. El Sr. Ferrer no ha dicho que terminemos..."

"Pero el Sr. Ferrer ya se fue..."

"¿Y si vuelve?"

"Es verdad..."

Los susurros y murmullos de discusión iban y venían, pero nadie se atrevía a levantarse y marcharse.