Mi Frío Exmarido (Amelia y Dorian) romance Capítulo 1068

Otto y Dorian, junto con Amelia, se encontraron casualmente en el restaurante del hotel durante el desayuno. Dorian y Amelia llevaron a Serena a desayunar allí. Mientras se servían el desayuno, vieron a Otto, quien estaba sentado en una esquina, con un tenedor en una mano y un celular en la otra, absorto en su móvil sin prestar atención a su alrededor. Amelia fue la primera en verlo y le dio un codazo a Dorian para señalarle la dirección donde estaba Otto.

Dorian también lo vio, pero decidió no acercarse a saludar ni tomar ninguna otra acción. En primer lugar, ellos no habían tenido un encuentro formal con Otto ni eran amigos, por lo tanto, no había necesidad de saludar. En segundo lugar, aunque Valentina había confesado la noche anterior que Otto estaba detrás de todo, no había pruebas concretas. Solo habían pasado unas pocas horas desde la noche anterior hasta esa mañana, y no habían tenido la oportunidad de reunir más evidencia. Por lo tanto, incluso si lo confrontaban, no tendría sentido; Otto no sería detenido solo por la acusación de Valentina, y enfrentarse a él no le causaría ningún daño real. Así que, frente a Otto, que seguía absorto en su celular, Dorian simplemente le echó un vistazo y le dijo a Amelia: "Déjalo, no importa."

No esperaban que, después de haberse sentado por menos de media hora y sin haber terminado de desayunar, Otto, quien ya había terminado de comer y se estaba preparando para irse, los viera. Luego fue por más comida, fingiendo pasar por delante de Dorian y Amelia casualmente. Sin embargo, después de dar un par de pasos, como si acabara de notarlos, retrocedió sorprendido y con un tono y expresión de asombro les dijo: "¿Sr. Ferrer? ¿Sra. Ferrer? ¡Qué sorpresa encontrarlos aquí!"

Amelia realmente no podía actuar tan exageradamente como él, fingiendo conocerlo casualmente; después de todo, ella y Otto nunca se habían conocido oficialmente. Por lo tanto, ella le respondió con calma: "¿Disculpe, usted es?"

Probablemente Otto no esperaba que Amelia le respondiera de esa manera, dándose cuenta de que él y Amelia, junto con Dorian, en realidad no se conocían. La única vez que estuvieron en el mismo lugar, él había ido rápidamente a llevarse a Fabiana Samper sin siquiera saludar. "Isacio," dijo Otto con una sonrisa a ambos. "Nos vimos una vez en el restaurante Arbolada, cuando ustedes se unieron para molestar a Fabiana."

No se atrevió a usar su verdadero nombre, pero no evitó mencionar su relación con Fabiana. Isacio era el nombre con el que se había registrado en el Hotel Esencia, también era la identidad que había usado para ingresar al país evitando a quienes lo vigilaban. "¿Qué haces por aquí?" preguntó Dorian, sin intentar exponer su falsa identidad.

"Naturalmente, vine por Fabiana para ver el espectáculo," respondió Otto con una sonrisa. "Escuché que el Grupo Esencia estaba abriendo su cocina al público, y por supuesto, debía venir a asegurarme de que todo estuviera en orden, por el bien del público. ¿Quién sabe qué más podría estar escondiéndose en las cocinas del Grupo Esencia? Qué lástima, no esperaba que incluso un negocio tan grande como el Grupo Esencia no cumpliera con sus palabras. Justo anoche, apenas entré, me pidieron que me retirara."

Sus palabras, tanto explícitas como implícitas, intentaban justificar su presencia en la cocina la noche anterior. Amelia no pudo evitar mirarlo, no es de extrañar que pudiera dominar el mundo del crimen, Otto no solo tenía fuerza bruta, sino que también era inteligente. Su meticulosidad no solo se mostraba en cómo hablaba. Amelia había revisado su registro de entrada la noche anterior; se había registrado esa misma noche, lo que encajaba con su historia de haber llegado después de ver el anuncio del Grupo Esencia, y también proporcionaba una excusa indirecta para su presencia en la cocina atrapado en el acto.