Mi Frío Exmarido (Amelia y Dorian) romance Capítulo 1085

Para el Grupo Esencia, este impresionante giro de eventos no trajo tanta alegría a Dorian como Yael había imaginado. Yael percibió la falta de entusiasmo en sus palabras y su propia emoción también se desvaneció, preocupada, le preguntó: "Sr. Ferrer, ¿qué le ocurre?" "Nada." Dorian echó un vistazo a Amelia, aún dormida en la cama del hospital, y volvió su atención al trabajo, "Aunque hemos ganado en términos de opinión pública con este incidente, también ha revelado muchos problemas. Mantente al tanto de la gestión de seguimiento y en las correcciones, para evitar que suceda algo similar." "Entendido." Respondió Yael, "Me ocuparé de ello." Dorian asintió: "Sigue con lo tuyo." Con eso, colgó el teléfono, y su mirada volvió a posarse en el rostro de Amelia. Tras el tratamiento y el descanso, el rostro de Amelia había recuperado algo de color, no tan pálido como cuando él llegó al hospital.

Dorian no esperaba que la salida abrupta de Amelia fuera para investigar el paradero de Enrique, pero de alguna manera, era algo que había anticipado. Desde que esa mañana ella lo acompañó a la recepción del hotel para verificar la información de registro de Enrique, y la seguridad tardaba en determinar el paradero de Enrique, sabía que ella no se quedaría de brazos cruzados. Sin embargo, nunca imaginó que a pesar de todas las precauciones, ella aún se las arreglaría para escabullirse a la sala de control. Afortunadamente lo hizo, ya que su llegada a la sala de control y su percepción oportuna de la posible ubicación de Enrique impidieron que Otto lanzara acusaciones difamatorias contra el Hotel Esencia y, por extensión, al Grupo Esencia. De no ser así, el Hotel Esencia podría haberse visto envuelto en un ambiente de opinión pública aún más desfavorable, y él no habría podido revertir tan fácilmente la imagen del Hotel Esencia.

Dada la situación en la conferencia de prensa, con Otto atreviéndose a acusar frente a las cámaras, claramente había preparado todo de antemano, esperando a que los periodistas llegaran. En ese momento, sin importar si aceptaba o no la sugerencia del hombre problemático de ir a los dormitorios de los empleados, terminaría en una situación desfavorable. Si aceptaba ir, los dormitorios, sin haber sido restaurados, mostrarían una gran cantidad de supuestas "pruebas" de que el Hotel Esencia maltrataba a sus empleados y forzaba a las mujeres a participar en transacciones sexuales, lo que sin duda causaría un gran escándalo en la opinión pública. Incluso si el Hotel Esencia lograra aclarar todo más tarde, no podría eliminar el estereotipo que el público tendría de este evento. Difundir rumores es fácil, desmentirlos, un calvario, lo que sería un daño intangible tanto para la compañía como para todas sus empleadas. Si se negaba, parecería que tenía algo que ocultar, y las acusaciones de Otto contra el Grupo Esencia serían imposibles de limpiar.

Fue el video de Amelia, mostrando a Enrique disfrazado de empleado de la compañía de gas entrando en los dormitorios, lo que cambió esta situación desfavorable. Así que, en términos oficiales, Dorian estaba muy agradecido y aliviado de tener a Amelia a su lado. Su inteligencia y perspicacia resolvieron muchos problemas importantes para él, la compañía y todas las empleadas de la compañía. Pero, en un plano personal, verla en peligro una vez más, deseaba que ella pudiera haber permanecido segura en el evento. Podría manejar cualquier problema de la compañía, solo era cuestión de tiempo. Pero cada vez que ella estaba en peligro, su corazón se apretaba, y se sentía completamente perdido, temiendo que la historia de perderla se repitiera.

Pensando en la llamada que había recibido de Olivia, cuando ella con hesitación y cuidado dijo, "Nosotros... estamos en camino al hospital," Dorian soltó un largo suspiro, hundiendo su mano en la manta, tomando la de Amelia. Justo en ese momento, Amelia despertó, sintiendo el calor que envolvía su palma, instintivamente abrió los ojos. El rostro apuesto de Dorian captó su mirada. Había una ligera distracción en su expresión, mirándola con una mezcla inextricable de piedad y complejidad. Al verla abrir los ojos, sus ligeramente desenfocados ojos oscuros se encontraron con los de ella. "¿Despertaste?" preguntó, inclinándose hacia adelante y pasando su mano por su frente, mientras preguntaba con voz ronca, "¿Te sientes mejor? ¿Te duele la cabeza? ¿Te sientes mareada?"