Mi Frío Exmarido (Amelia y Dorian) romance Capítulo 1106

Amelia lanzó una mirada sospechosa hacia él, tomando los planos de diseño que le extendía para revisarlos.

"¿En serio?", preguntó con duda.

Los cambios que había hecho en el diseño unificaban todos los elementos, no precisamente porque supiera que Ricardo tenía esa costumbre, sino por su propio perfeccionismo.

Dorian no confirmó si era verdad o mentira, simplemente la miró sonriendo: "Podrías esperar y ver".

Amelia también sonrió: "No hace falta esperar. He hecho todo lo posible. Si Ricardo no quiere cambiar de opinión y darle el proyecto a Sebastián, entonces Sebastián tendrá que aceptar su mala suerte por haberme contratado".

Era un tono autocrítico, pero no parecía realmente descontenta.

Dorian disfrutaba verla no tomarlo demasiado en serio.

Ella tenía un fuerte sentido de responsabilidad, tendiendo a atribuirse la culpa por cosas que no eran su culpa e intentando compensarlas en lo posible.

"Entonces, olvídalo". Dorian se inclinó para tomar los planos de manos de Amelia, "Dejar pasar a una diseñadora tan talentosa, sea cual sea el resultado, Ricardo y Sebastián se lo tienen merecido".

"Exactamente".

Amelia dijo sonriendo, le gustaba cómo él decía "diseñadora talentosa" con un aire de orgullo y admiración.

"Este proyecto termina aquí". Amelia continuó, "Originalmente vine aquí para buscar a Frida, tratar con Ricardo fue solo un asunto secundario. Ya que él es así, perder este proyecto es también una forma de beneficiar a mis antiguos colegas".

Terminando, levantó su copa en dirección a Dorian: "A mi liberación de este sufrimiento".

Dorian también levantó su copa, chocándola levemente con la de ella, observándola tomar un pequeño sorbo.

Él no bebió, por alguna razón, de repente recordó aquella vez que Amelia brindó por él.

Ella, siendo la diseñadora principal en el proyecto de un resort de estilo tradicional, había asistido a la ceremonia de inauguración. En la cena posterior, se acercó especialmente para ofrecerle un brindis, agradeciéndole por su apoyo en sus estudios y carrera, y también disculpándose por algunas palabras duras que le había dicho antes.

"Gracias… por darme este presente".

"Y también, quiero disculparme. Dije muchas cosas duras en aquel momento, lo siento mucho".

"Estás cansada, deberías ir a descansar un rato".

...

Fragmentos dispersos de recuerdos comenzaron a agitarse en su mente: ella con una copa en la mano, Dorian con expresión serena, el vino que ella insistía en brindar y la copa que él tomaba de sus manos, los recuerdos entrelazados en un desorden.

Amelia instintivamente llevó su mano a la frente.

La expresión de Dorian cambió, se levantó de prisa, quitándole la copa de la mano y sosteniendo su cabeza con la otra, preguntando con urgencia: "¿Te duele la cabeza otra vez?"

Amelia bajó la vista, sacudiendo la cabeza levemente, sin decir una palabra.