Entrar Via

Mi Frío Exmarido (Amelia y Dorian) romance Capítulo 1287

Frida entendía perfectamente a Amelia. Le pasó el brazo por los hombros y, sonriendo, comentó:

—Los niños pequeños no se concentran tan fácil. Con tantas cosas divertidas aquí, es normal que su atención se distraiga un rato.

Amelia asintió suavemente.

—Sí, tienes razón.

Ya era tarde, así que llevó a Serena a lavarse y prepararse para dormir.

Frida, quién sabe desde cuándo, ya había preparado todo un kit de aseo y juguetes para niños. La pequeña, fascinada por las novedades, se olvidó por completo de todo lo demás. Solo hasta que estuvo acostada en la cama y el cuarto se llenó de silencio, Serena volvió a acordarse de Dorian.

—Mamá, ¿papá va a venir esta noche?

Amelia le respondió con tranquilidad:

—Aquí ya no hay espacio para más personas, así que tu papá no va a venir esta noche.

Serena aceptó la respuesta sin protestar, pero se acurrucó aún más en el pecho de su mamá y levantó la carita para mirarla.

—¿Entonces puedo llamarle ahora?

Amelia pensó en negarse. Todavía no estaba lista para hablar con Dorian; no había logrado calmar ese torbellino de emociones en su interior. Pero, antes de que pudiera decirle una excusa como “ya está dormido, mejor otro día”, se topó con la mirada de su hija, esos ojos enormes y llenos de esperanza. En ese instante, supo que no podía decirle que no.

—Entonces le mando un mensaje de voz para preguntarle si ya se durmió, ¿sí? —le pidió Serena, con esa vocecita tierna y bajita.

Amelia la miró un instante y finalmente asintió.

—Está bien.

Buscó el contacto de Dorian en WhatsApp y le entregó el teléfono a Serena.

La niña lo tomó entre sus manitas y grabó un audio:

[Papá, ¿ya te dormiste?]

...

Mientras tanto, Dorian estaba de pie en la terraza del hotel.

Yael lo encontró ahí, contemplando la ciudad. Desde aquel edificio de más de ochenta pisos, el panorama nocturno era impresionante: un mar de luces, una ciudad palpitando bajo el manto de la noche.

Antes de que Yael pudiera decir algo, Dorian, con la voz arrastrada por el viento y un aire distante, murmuró:

—Estoy bien. No tienes que venir.

Yael se acercó y, con tono amistoso, le soltó:

—¿Quieres tomarte una copa conmigo?

Nuestro precio es solo 1/4 del de otros proveedores

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi Frío Exmarido (Amelia y Dorian)