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Mi Frío Exmarido (Amelia y Dorian) romance Capítulo 1308

—Nuestra empresa busca colaborar con ustedes en dos aspectos fundamentales —explicó Raquel con serenidad—. Por un lado, queremos trabajar juntos en la renta de muelles y el desarrollo de rutas marítimas. La idea es unir fuerzas para desarrollar Puerto Fantasía, convertirlo en un puerto completamente automatizado y así impulsar el transporte de contenedores. Por otro lado, queremos integrar a Puerto Fantasía dentro de la red global de rutas principales, colaborando en las rutas marítimas para aumentar gradualmente el flujo de carga y el volumen que maneja el puerto.

Mientras hablaba, Raquel sacó un documento del portafolio y se lo entregó a Dorian.

—Aquí tiene —dijo—. Este es un resumen de los proyectos de puertos automatizados en los que hemos trabajado estos años. Nuestra empresa cuenta con equipos de hardware de última generación, sistemas de software sólidos y una amplia experiencia tanto en investigación tecnológica como en la gestión operativa.

Dorian tomó el documento y le echó un vistazo rápido, aunque su atención no estaba al cien por ciento.

Raquel continuó presentando con profesionalismo las ventajas de su empresa en la construcción de puertos automatizados, y habló también de la viabilidad de sumar a Puerto Fantasía a la red global de rutas marítimas. Se notaba que había preparado su exposición con esmero: a pesar de su juventud, su actitud era calmada y segura, sin perder la humildad y sin alardear, su voz sonaba pausada y suave, transmitiendo una tranquilidad contagiosa. Era una manera de hablar que le recordaba mucho a Amelia, siempre mesurada, nunca precipitada ni estridente.

Dorian al inicio escuchaba atento, pero a medida que Raquel hablaba, no podía dejar de notar el parecido entre la forma de expresarse de ella y la de Amelia. La luz que entraba por la ventana caía sobre Raquel, dándole un aire apacible, y por un instante, Dorian tuvo la impresión de que Amelia estaba sentada justo enfrente de él.

En ese momento, Eva entró con una bandeja para servir jugo a los invitados. Al notar la semejanza entre Raquel y Amelia, también se quedó un poco sorprendida y, casi sin querer, miró a Dorian, justo cuando él parecía perderse en sus pensamientos.

Eva arrugó la frente, intrigada. Pero antes de que pudiera decir algo, la expresión de Dorian se endureció de repente; dejó el documento caer pesadamente sobre la mesa con un —¡Paf!— y se levantó de golpe.

—Eva, lo que falta lo platicas tú con la señorita Valenzuela —ordenó con voz seca.

Sin mirar atrás, Dorian salió del salón de reuniones, dejando el ambiente tenso y helado.

Adela, que hasta ese momento había permanecido callada porque Raquel llevaba la voz cantante, se quedó mirando sorprendida.

—¿Y eso? ¿Por qué se fue así? —preguntó, desconcertada.

Al terminar la pregunta, Adela también se puso de pie, lanzándole a Raquel una frase despreocupada:

—Hermana, tú encárgate de esto. Al fin yo no entiendo nada de los asuntos de la empresa, así que mejor me voy.

Mientras hablaba, empujó su silla y se dispuso a salir apresurada.

Raquel intentó detenerla, sujetándole un brazo.

—¿A dónde vas? Siéntate.

Pero Adela se zafó con rapidez.

Capítulo 1308 1

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