Capítulo 331
Trabajando en la transición de tareas, Rafael empezó a sentir que algo no estaba bien.
“¿Cuánto tiempo de vacaciones piensas tomarte?” Rafael detuvo la transferencia de trabajo y la miró. “Esto no parece un descanso corto.”
“Podria ser una larga temporada,” respondió Amelia, sin querer complicar las cosas. “Quiero llevar a Serena a conocer nuevos lugares. Desde que nació he estado ocupada entre el estudio y el trabajo, así que no he pasado mucho tiempo con ella. Justo ahora el proyecto del resort tradicional está en pausa, así que quiero aprovechar para estar más con
ella.”
“¿Por cuánto tiempo, más o menos?“, preguntó su colega.
Ella apretó ligeramente los labios. “No estoy segura.”
Rafael insistió: “¿A dónde irán?”
“Simplemente a conocer, Amelia no entró en detalles. “Quiero probar la vida nomada con ella.”
Pensaba en irse con Frida y Marta, llevando a Serena a vivir por el mundo durante un año antes de que empezara el preescolar y luego asentarse en alguna ciudad que a todas les gustara.
Como le había dicho a Rafael, desde el nacimiento de Serena habla estado muy ocupada y ahora quería usar el tiempo antes de que empezara la escuela para viajar y estar con ella.
La decisión de irse fue espontánea y el nomadismo parecía ser el mejor encaje para ellas.
No había renunciado a su casa, tampoco tenía tiempo para resolver eso.
“¿Cuándo planean partir?” Preguntó Rafael.
Amelia contestó: “En cuanto termine con el trabajo aquí.”
Su colega sonrió: “Entonces es cuestión de dias.”
Ella también sonrió, sin añadir nada más.
“¿Dorian está al tanto? Preguntó.
El semblante de Amelia se endureció ligeramente, sin querer hablar sobre eso.
Rafael entendió y no preguntó más.
“Cuando se establezcan, mándame un mensaje, dijo con una sonrisa. “Me encargaré de tu trabajo aquí, no te
preocupes.”
“Gracias, Rafael.”
Amelia le devolvió la sonrisa.
Justo entonces Dorian bajó a buscar a Amelia y los encontró sonriendo el uno al otro. Se detuvo un instante en la
la oficina.
puerta de
Amelia levantó la vista y al verlo en la puerta, su sonrisa se desvaneció.
Rafael también notó el cambio en el ambiente, giró su cabeza y vio a Dorian en la puerta, su sonrisa también se
desvaneció..
Dorian los miró brevemente y luego se dirigió a Amelia con serenidad.
“¿Ya terminaste?“, preguntó con voz tranquila.
Amelia asintió y luego miró a Rafael: “Creo que es suficiente por hoy.”
El hombre asintió: “De acuerdo.”
Luego recogió su laptop y se levantó para irse.
Al pasar por delante de Dorian no se detuvo ni saludó, simplemente continuó su camino..
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Dorian tampoco le prestó atención, solo miró a Amelia: “¿Por qué trabajaste hasta tan tarde hoy?”
“Habia muchos proyectos acumulados, explicó Amelia con voz suave, mirándolo, “¿tú tampoco has vuelto a casa, verdad?”
La habitación oscura se iluminó con la luz.
Frunció el ceño, tomando hoja por hoja sin encontrar nada.
Dorian también notó que buscaba sus dibujos, se acercó con su vaso en la mano y preguntó, “¿Qué pasa?”
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