Capítulo 414
En el salón, Manuel estaba charlando con los invitados cuando volted y vio a Dorian, una sombra de confusión cruzó su mirada antes de que se despidiera cortésmente de la gente a su alrededor y se abriera paso entre la multitud para acercarse a él
No fue hasta que estuvo frente a Dorian que notó a Serena, quien iba de la mano de su padre. Manuel se detuvo por un instante, observando a la niña con ojos grandes, llenos de curiosidad y quietud, le pareció extrañamente familiar.
Dorian, después de dar una mirada alrededor del salón, finalmente se fijó en Manuel que estaba frente a él
El asombro en la cara de Manuel hizo que frunciera ligeramente el ceño y siguiendo su mirada, observó a Serena, quien sequia explorando el lugar con sus hermosos ojos grandes, su carita levantada en una expresión de calma inocencia.
Dorian echó un vistazo a Manuel justo cuando este levantaba la vista y se encontraron con la mirada inquisitiva del otro. El anciano, un poco avergonzado, le sonrió y se adelantó con naturalidad: “¿Cómo estás, Dorian? ¿Y eso que viniste hoy?”
Mientras hablaba, no pudo evitar volver a mirar a Serena y preguntó: “¿Y ella quién es?”
ה!!!
“Mi hija, Serena“, respondió él con una voz tranquila.
El anciano se sorprendió un poco: “¿Desde cuándo tienes una hija?”
Dorian no respondió y en su lugar, levantó a Serena en brazos y le susurró: “Dile ‘hola, abuelo
Con obediencia, Serena saludó con su vocecita dulce “Hola, abuelo, haciendo que Manuel se quedara momentáneamente sin palabras
En el escenario, Lorenzo preocupado al ver al abuelo tan distraido, se bajó rápidamente para acercarse y fue entonces cuando notó a Serena en brazos de Dorian. Se detuvo, mirando alternativamente a Donan y a la niña, tratando de comprender la situación.
Dorian le habló bajito a Serena “Y el es el Sr. Lorenzo”
Quizás por el aire más reservado de Lorenzo, Serena se mostro un poco timida, pero igualmente logró decir con una vocecita suave: “Hola, Sr. Lorenzo.”
Lorenzo lo miró: “Ella es tu hija?”
“Si
Fue una respuesta concisa y breve.
Lorenzo pensó en Amelia, pero no se atrevió a preguntar si Serena era hija de ella. Forzo una sonrisa y dijo: “¿Qué te trae por aqui hoy?”
“Vine a echar un vistazo.”
Contestó Dorian, su mirada oscura todavia vagando por la multitud, aunque no encontraba a Amelia, lo que le causaba una ligera arruga en su frente
Lorenzo pregunto: “Estás buscando a alguien?”
“No.”
Dorian respondió secamente y retiró su mirada.
Los invitados a su alrededor, muchos de los cuales lo conocian, miraban intrigados a la pequeña niña y no tardaron en acercarse para saludar. Dorian, a su vez, respondió cortesmente a los saludos.
Antes de que Dorian pudiera responder, Serena ya habia hablado con dulzura: “Mi mamá se llama Amelia.”
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