Capítulo 530
Eduardo se quedó pasmado, pero luego respondió apresuradamente:
“Amandita lo comentó, hace un par de días vino a vemos a tu madre y a mí, y sacó el tema del proyecto del resort de estilo tradicional. Dijo que escuchó de unos colegas que habla una columna que por alguna razón no se podia concretar que habían enviado a dos equipos de exploración y ninguno encontraba la causa. Les parecía muy extraño, asi que empezaron a especular si seria por algo esotérico. Para solucionar eso, se armó un equipo de construcción con experiencia y hasta se contrato a un chamán para escoger el dia del colado, pero no sé por qué, de último minuto el equipo fue reemplazado y me temía que el vertido no se haria a tiempo. Así que, le pregunté a Roberto qué estaba pasando y me enteré de que tú estabas deteniendo la obra. Me preocupaba que eso afectara la suerte de la empresa, asi que le dije a Roberto que continuara como estaba planeado, que yo asumiria la responsabilidad, pero quién iba a Imaginarse…”
La voz de Eduardo se apagó, sin atreverse a continuar.
Dorian se limitó a esbozar una sonrisa fria y se marchó sin decir palabra.
Sus pasos parecían todavía un poco inestables, como si aún no se hubiera recuperado del todo.
Su padre preocupado lo llamó: “Tu salud todavía está delicada, ¿a dónde piensas ir? Mejor quédate en el hospital a recuperarte un poco.”
Pero no le hizo caso.
La alta figura de Dorian desapareció rápidamente al final del pasillo.
Eduardo miró a Yael en busca de ayuda.
Yael simplemente se limitó a sacudir la cabeza en silencio.
“Sr. Eduardo, se está confundiendo, dijo con un suspiro y sin decir más, salió corriendo detrás de Dorian.
Eduardo se quedó parado en su lugar, visiblemente desorientado, con un sentimiento de arrepentimiento extendiéndose en su interior, una emoción que nunca antes había experimentado.
No podia entender por qué las cosas hablan salido mal, y peor aún, que a Amelia le habia pasado algo.
Siempre había sido indiferente a Amelia, incluso la despreciaba
creciendo y
Pero ahora que realmente se había ido, sentía un vacío en su corazón, repasando en su mente que la noche anterior, Amelia lo había ayudado evitando que cayera, la tranquilidad en su rostro, que había tirado de aquel hombre débil para evitar que fuera golpeado, y cómo le habia estabilizado la mano temblorosa sin siquiera mirarlo en el comedor.
Esas imágenes tranquilas y fragmentadas de Amelia, eran como gotas de agua colgando, cada una reflejando los momentos serenos y pacificos desde que se había unido a su familia, mostraban una Amelia viva y concreta, cuyas sonrisas y gestos eran suaves y discretos. Pero esas imágenes vividas de Amelia se juntaban lentamente en la escena aterradora de la noche anterior, cuando la gravedad la empujaba hacia el borde del abismo.
Eduardo simplemente se sentia vacio, hueco y perdido, sin saber hacia dónde dirigirse.
Yael alcanzó a Dorian en la planta baja del hospital.
Dorian abrió la puerta de un taxi y subió.
Yael detuvo la puerta antes de que se cerrara y le dijo con voz suave: “Sr. Ferrer, ¿a dónde va? Yo lo acompaño.”
Dorian no lo miró, ni le respondió, solo le dijo al taxista: “Llévame al proyecto del resort,”
Su rostro seguía sin mostrar emoción, tan vacio que solo parecia una cáscara.
Al verlo, Yael pensó en los zombis, como los de las peliculas de terror que caminan sin sentimientos humanos, solo deambulan entumecidos.
“Sr. Ferrer!”
Capitulo 530
También abrió la puerta del taxi y subió, llamándolo suavemente.
Dorian siguió sin reaccionar a su llamado, pero le dio una orden: “Reúne a todas las personas que estaban en el sitio de la construcción anoche.”
“Está bien.”
Yael respondió en voz baja.
“Publica una recompensa en todos los medios de comunicación para encontrar pistas,” continuó Dorian, todavia con esa expresión de vacio, “una recompensa a nivel nacional, a quien tenga información de Amelia, se le dará un premio de diez millones de dólares.”
Yael no dijo nada.
El taxista no pudo evitar volver la cabeza para echarle un vistazo.
El rostro apuesto de Dorian seguia pálido, inmutable como la muerte.
Su asistente le respondió en voz baja: “Está bien.”
Rápidamente sacó su celular para hacer los arreglos.
El taxi pronto se detuvo en la entrada del sitio de construcción del resort.
Todas las personas presentes la noche anterior habían sido reunidas en el puente de la obra donde se trabajó anoche.
Por la mañana, la policia ya habia interrogado a todos, sumado a la falta de sueño por trabajar durante la noche, todos estaban visiblemente agotados.
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