Mi Frío Exmarido (Amelia y Dorian) romance Capítulo 786

Siguiendo la dirección que Frida le dio, Amelia llegó a la casa de Rubén justo cuando su amiga también llegaba.

Frida también llevaba un montón de regalos, cargando paquetes grandes y pequeños.

Al ver a Amelia igualmente cargada, no pudo evitar sonreír: "Yo había dicho que me encargaría de comprar, ¿para qué te complicaste trayendo tantas cosas en taxi?"

"El taxi me dejó justo en la puerta, no hubo problema."

Amelia se acercó a ella y preguntó: "¿El profesor está en casa, verdad?"

"Sí, está." Respondió Frida, "Ya había avisado al profesor que vendríamos."

Amelia no pudo evitar sonreír agradecida: "Menos mal que estás tú aquí."

No podía recordar su pasado y ni siquiera reconocía a las personas, así que le daba temor presentarse sola. Ya que su amiga sabía todo sobre su pasado, se sentía mucho más tranquila.

Ante el agradecimiento de Amelia, Frida simplemente le pasó el brazo por los hombros con una gran sonrisa: "¿Acaso no somos amigas?"

Dicho eso, se acercaron a tocar el timbre de la puerta.

Mientras esperaban que abrieran, Amelia aprovechó para preguntar: "¿Cómo van las cosas entre Yael y tú ahora?"

La sonrisa de Frida se congeló por un momento, luego sonrió como si nada: "No éramos compatibles, ya lo hablamos y decidimos que no seguiremos enredándonos el uno con el otro."

Amelia no pudo evitar fruncir el ceño: "Pero si Yael es un buen chico."

Su amiga asintió: "Lo sé, él es genial, el problema soy yo." Después de decir eso, sonrió: "Dejémoslo así, ya es cosa del pasado. No hablemos más de eso."

Ella la miró preocupada, queriendo decir algo más, pero la puerta ya estaba siendo abierta desde dentro por la empleada de Rubén.

Frida sonrió cortésmente: "Hola, fui una estudiante del profesor Rubén y vine a visitarlo, ¿está en casa?"

"Sí, aquí está, eres Frida, ¿verdad?"

Antes de que la empleada pudiera continuar, la fuerte voz de Rubén se escuchó desde adentro, acompañada de pasos.

Amelia miró instintivamente hacia adentro.

Justo en ese momento, Rubén la vio y se detuvo, incrédulo.

"¿Meli?" La llamó dudoso, y al final de su pregunta, sus ojos ya se estaban llenando de lágrimas.

Al escucharlo, Ofelia que estaba ocupada en la cocina, también giró instintivamente hacia la puerta y al ver a Amelia, se detuvo sorprendida, mirándola incrédula.

Viendo la expresión de ambos, Amelia sintió calidez en su corazón a pesar de no reconocer sus rostros.

Cortésmente saludó: "Profesor, Sra. Ofelia."

"Meli, ¿eres tú de verdad?" Rubén no pudo contener su emoción y se acercó a ella, observándola de arriba abajo, "Qué bueno que estés viva, qué bueno que estés viva, pensé que te habíamos perdido..."

Al final, su voz se quebró.

Conmovida por su emoción, ella intentó contenerse y asintió: "Sí, estoy bien, lo siento por hacerlos preocupar."

"¿Cuándo regresaste?" Rubén preguntó, "¿Por qué no me enviaste un mensaje para avisarme? Me tenías muy preocupado, justo estaba hablando de ti con algunos estudiantes."

Ella apenas movió los labios, sin hablar.

"Lo siento por haberte mentido antes", dijo Rafael, sinceramente apenado.

Amelia no dijo nada.

Pero Rubén captó algo inusual en el aire y sorprendido preguntó: "¿Rafael, tú le mentiste a Meli? ¿Cuándo fue eso? Mejor dime, ¿qué le dijiste?"

Hacia el final de su pregunta, Rubén ya estaba fingiendo enojo.

Conociendo a Rafael, no pensaba que hubiera ocurrido algo serio por lo cual hubiera mentido a Amelia.

Frida también miró a Rafael sorprendida y le preguntó en broma: "Vamos Rafael, cuéntanos, ¿qué le dijiste a Meli?"

El hombre solo la miró y volvió su vista hacia Amelia, sin dar explicaciones.

Domingo, uno de los mejores amigos de Rafael, puso sus brazos alrededor de él y bromeó: "No me digas que le mentiste a Amelia diciéndole que tenías novia."

Luego miró a Amelia y añadió: "No le creas, Rafael sigue siendo un soltero de oro."

Rubén recordó el plan de juntar a Amelia y Rafael diciendo: "Exacto, pensábamos que ya que ambos estaban solteros y quizá hubiese una chispa entre ustedes, pero quién iba a imaginar…"

Se detuvo al recordar que Dorian, quien parecía no tener nada que ver con Amelia y siempre se mantenía sereno, de repente la apartara de Rafael y desatara una especie de drama amoroso entre dos hombres por una mujer.

A su edad, era evidente para él que había algo entre Amelia y Dorian. Le sorprendía que dos personas, aparentemente sin conexión alguna, terminaran enredadas de esa manera.