Mi Frío Exmarido romance Capítulo 848

Después de veinte años de búsqueda, la persona que habían estado buscando estaba frente a ellos, pero ninguno pudo reconocerla. Solo la abuela, que sufría de Alzheimer, logró reconocerla, pero nadie le prestó atención.

Desde aquel momento en que el informe de ADN determinó que no había relación de sangre entre él y Fabiana Samper, él había perdido toda esperanza de que Amanda siguiera viva. En aquel entonces, Fabiana no pudo explicar el origen de la pulsera, y él había intentado hablar con los padres de Fabiana sobre cómo había llegado a sus manos. Ellos dijeron que la habían comprado en un mercado de pulgas durante un viaje. Fabiana, siendo aún una niña en ese viaje, se había encariñado con la pulsera, así que la compraron para ella.

Todo parecía tener sentido. La pulsera era valiosa, y no era extraño que alguien la encontrara y la vendiera en un mercado de pulgas. Así que no pensó demasiado en ello, pero esa pulsera era muy importante para Amandita; era improbable que la dejara atrás a menos que le hubiera sucedido algo malo. Por eso, en aquel momento, Lorenzo ya había perdido la esperanza de encontrar a la verdadera Amanda. Además, su abuelo estaba gravemente enfermo y no podía darse el lujo de demorar, así que dejó que Fabiana, quien portaba la pulsera de Amanda, se hiciera pasar por ella para calmar al anciano. Lo que no esperaba era que esto traería problemas.

Recordando la escena de Amelia cayendo del puente en plena noche, Lorenzo sintió un nudo en la garganta.

"Disculpe, ¿podría decirme cómo llego a la habitación 12?", preguntó una voz amable detrás de él.

Lorenzo se giró y vio a una joven vestida profesionalmente que parecía ansiosa por encontrar la habitación, seguida de una mujer de mediana edad con un gesto severo y Fabio. Lorenzo reconoció a Fabio; cuando había decidido construir la hacienda al estilo tradicional, Fabio se había presentado en persona para ofrecerse a tomar el proyecto.

Fabio también reconoció a Lorenzo y, con una sonrisa, sacó un cigarrillo y se lo ofreció: "¿Sr. Lorenzo? ¡Qué sorpresa! ¿Qué hace por aquí en el hospital?"

"No, gracias," rechazó Lorenzo el cigarrillo y luego señaló hacia la habitación 12 para dirigir a Beatriz, "La habitación 12 está por allá."

Verifica el captcha para leer el contenidoVerificar