"¿Lista para salir?" Dorian escuchó el sonido de la puerta cerrándose y preguntó.
"Sí," Amelia asintió ligeramente, "Le he llamado a Frida varias veces y no contesta, estoy algo preocupada, quiero pasar por su oficina."
"Te llevo," Dorian dijo, ya cerrando sus archivos y levantándose.
"No hace falta," Amelia se apresuró a detenerlo, "La oficina de Frida no está lejos de nuestra casa, solo a unos kilómetros, puedo ir sola. Si vamos los dos, podrían pensar que pasó algo serio, no quiero poner a Frida en una situación incómoda en su trabajo."
"Entonces iré directamente a recogerte de su oficina," Dorian dio un paso atrás, "Tú ve a buscarla, si tienen planes no quiero interrumpir, si no, entonces te recojo."
"Tampoco hace falta, ¿verdad?" Amelia murmuró, "Así parece que estás todo el día detrás de mí, después no me atreveré a molestarte por nada."
Dorian sonrió: "Está bien, no te molestaré, cualquier cosa me llamas."
Amelia asintió seriamente, "Tampoco te preocupes demasiado por mí, solo tengo amnesia, no me he vuelto insensata, no es como si necesitara que estuvieras conmigo todo el tiempo para solucionar mis problemas."
"Jamás he estado preocupado por tu inteligencia," Dorian dijo, "Solo temo que en un descuido vuelvas a desaparecer."

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