"Cintia dijo: "Espero que puedas hacer una prueba de paternidad para probar que eres Amanda Sabín", "para evitar que todos hablen a tus espaldas".
Amelia frunció ligeramente el ceño: "Pero, por lo que sé, en la empresa todos conocen a Amelia, no a Amanda, ¿cuál es el propósito de probar que soy Amanda?"
Cintia se atragantó con la pregunta y su expresión se tornó algo fea, pero aun así se las arregló para responder: "Mira, desde que supe que te llamas Amanda, inconscientemente te he llamado Amanda. Hacer esta prueba de paternidad no solo confirma que eres Amelia, sino también que eres Amanda. Con este resultado de la prueba, tal vez sientas un mayor sentido de pertenencia a tu familia".
Petra y Óscar también asintieron involuntariamente. "Sí..." Petra acordó involuntariamente.
Amelia la miró. Petra se sintió incómoda de nuevo y tragó las palabras que estaba a punto de decir.
Viendo que la atmósfera se volvía tensa, Cintia rápidamente trató de suavizar las cosas con una sonrisa para Petra: "Meli, tú también eres madre, deberías entender el dolor de no tener a tu hijo contigo durante más de veinte años. Ahora que has vuelto, ellos solo quieren asegurarse de que no haya barreras entre ustedes".
Amelia sonrió ligeramente y asintió con la cabeza: "Entiendo".
Cintia no pudo entender el significado de su "Entiendo" y, al no ver que continuara hablando, tuvo que preguntar tentativamente: "¿Entonces aceptas hacer la prueba de paternidad?"
"No estoy de acuerdo". La voz profunda de Dorian llegó repentinamente desde la puerta.
Cintia cambió de expresión y, por instinto, se giró para ver la imponente figura que entraba en la habitación.
Amelia también miró hacia la puerta por instinto y, al ver a Dorian acercándose con el rostro tenso, no pudo evitar sonreírle de manera tranquilizadora.
Dorian también la miró y, al encontrar la ternura en su mirada, su expresión se suavizó mientras se acercaba a ella.
Serena también se iluminó y lo llamó con voz dulce: "Papá".
Dorian le sonrió y la levantó en brazos antes de mirar a Amelia y preguntarle suavemente: "¿Estás bien?"
Amelia negó con la cabeza: "Estoy bien".
Óscar y Petra no pudieron evitar mirarlo sorprendidos.

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