Mi insignificante secretaria romance Capítulo 10

—¿Me nombró alguien? —la voz masculina y de tonos graves se escuchó justamente a su espalda, a Rachel se le erizaron todos los vellos de su cuello y brazos. ¡Patrick Hamilton estaba detrás de ella!

Ella sí notó que cuando estaba diciendo las últimas palabras dos de las chicas habían mirado sobre su hombro y abrieron los ojos un poco más, pero no les había hecho mucho caso. Menos mal que no había dicho nada inapropiado, pero la sorpresa no era agradable.

Ella no volteó al instante sino que se fue volteando poco a poco mientras tomaba aire y se preparaba para cualquier cosa, el rubor sí que no podía evitarlo, miró al hombre de rostro adusto y severo, pero en esos momentos tenía algo parecido a una sonrisa irónica en los labios.

—Yo lo nombré, señor Hamilton.

—Ya lo noté —dijo un poco cortante— Así que usted es la maravillosa Rachel Anderson —mientras lo decía la miró de arriba a abajo, una mueca se marcó en su rostro, quizás al notar que ella era muy hermosa y de buena figura, justo el tipo de mujer que detestaba— Espero que sea tan buena como me ha dicho Roberts, estoy cansado de tanta ineficiencia.

Rachel notó como las secretarias se encogían a medida que Patrick Hamilton hablaba, daba la impresión que hubieran querido desaparecer, o al menos de que no las notara tanto. Se mordió los labios por dentro para evitar decir algo sin pensar, y luego tomó aire para calmar su interior.

—No sé si seré maravillosa, sólo me gusta trabajar y hacerlo bien, y lo que comentaba con el personal es que debemos de trabajar de manera más eficiente para que usted se sienta complacido —lo dijo todo de un tirón, porque aunque tenía una naturaleza tímida también tenía algo de indómito por dentro, algo de guerrera.

—No está mal —dijo con ironía, luego miró a las secretarias— Ustedes pueden regresar al trabajo y usted —dijo dirigiéndose a Rachel— Acompáñeme a mi oficina.

Después de decir esto se volteó y se dirigió a la puerta que daba, desde allí, directamente a su oficina. Rachel miró a las muchachas y todas la miraron con cara de circunstancias y de temor, menos Ada, ésta sonrió y le hizo una señal de que todo estaría bien levantando sus pulgares hacia ella. Rachel le sonrió y también levantó el pulgar de su mano derecha para corresponderle, al menos ese gesto le decía que la había convencido de que ella era lo suficientemente buena para enfrentar al “monstruo” de Patrick Hamilton.

Sin titubear se volteó para seguir a Ptrick Hamilton hasta su oficina, éste le sostuvo la puerta para que entrara en un gesto cortés, pero se veía que no le agradaba hacerlo. Apnes ella pasó por el marco la cerró con un movimiento firme y luego se adelantó a ella y le mostró una de las silla que estaban frente al enorme escritorio para que ella se sentara, por lo que ella así lo hizo.

Capítulo 10 El primer encuentro 1

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