Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1013

Sofía no se atrevió a decir nada frente a Lourdes.

Pero al ver a Salvador mirando fijamente a Lourdes mientras se alejaba, una sensación de crisis la invadió, y no pudo evitar hacer un par de comentarios desfavorables sobre Lourdes, incluso sugiriendo que Salvador podría estar interesado en volver a cortejarla.

En ese momento, ella no estaba pensando claramente y sus palabras fueron algo desagradables.

Ahora que lo recordaba, realmente se arrepentía.

Luego Salvador se enojó.

Habían acordado no mencionar a Lourdes nuevamente.

Esta vez fue ella quien cometió el error.

—Pero soy tu novia, ¿cómo no voy a sentir celos al verte mirar a Lourdes? Además, ya reconozco mi error y prometo no volver a cometerlo —dijo Sofía, cediendo y adoptando un tono más suave.

Últimamente, Salvador había sido cada vez menos tolerante con ella.

La expresión de Salvador mejoró ligeramente. —Esta es la última vez.

—¡Sí, sí, sí! Te lo prometo, realmente es la última vez —respondió Sofía con una sonrisa radiante.

Pronto se reconciliaron completamente.

Justo cuando estaban a punto de sentarse, ambos vieron a Ana casi al mismo tiempo.

El rostro de Sofía cambió; el hecho de haber bajado la guardia para apaciguar a Salvador justo delante de Ana le trajo una sensación de humillación sin precedentes.

Salvador también se sorprendió al ver a Ana y, recordando la discusión reciente con Sofía, su expresión se tornó algo incómoda al saludarla. —Qué coincidencia.

—El café de este lugar es bueno, ustedes deberían probarlo, tengo que irme —dijo Ana asintiendo a ambos, y para evitar más incomodidades, se dirigió directamente hacia la salida.

Salvador observó a Ana mientras se iba.

Por alguna razón, se sentía muy melancólico ese día.

Sofía mordió su labio y dijo: —Siempre sentí que Ana no me quería, ahora estoy segura, definitivamente no le caigo bien. Estaba tan enfocada en hablar contigo que ni siquiera me miró una vez.

Sofía se sintió nerviosa y asustada bajo su mirada. —¿Por qué me miras así? Salvador, ¿qué te pasa últimamente? Pareces una persona que no conozco.

Salvador la examinó.

Antes no lo notaba, pero ahora de repente sentía que Sofía le parecía una extraña.

Es como si nunca la hubiera conocido realmente.

¿Es esta la mujer que le gustaba, una que detesta a cualquier otra mujer que sea competente?

—¡Salvador! ¿Qué te pasa? ¿Podrías dejar de mirarme y no decir nada? ¡Realmente me asusta! —Sofía, hablando así, se le llenaron los ojos de lágrimas, pareciendo indefensa y digna de lástima.

Salvador, reprimiendo la emoción que había surgido momentáneamente, aún sentía algo de pena por la mujer frente a él. —Sofita, Ana merece respeto y admiración, no deberías tener tanta hostilidad hacia ella, y además es la esposa de Alejandro. Que pudiste graduarte de la universidad y tener la vida que tienes ahora también se debe a que Alejandro te crió. No deberías actuar así.

Escuchando la reprimenda de Salvador, ella se sintió impaciente, pero no se atrevió a mostrarlo.

Solo pudo asentir falsamente. —Está bien, lo entiendo, recordaré lo que me has dicho. Ahora, ¿podemos dejar de hablar de Ana?