Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1025

Ana sabía que don Fernando no creía mucho en su explicación, pero no podía contarle sobre su experiencia de renacimiento.

—No importa desde cuándo he querido divorciarme, en unos días, cuando mejore la salud de la abuela, planeo dejar la ciudad A por un tiempo. Ya he presentado mi renuncia a don Fernando.— Sin poder mirar directamente a los ojos de Alejandro, Ana bajó la cabeza y después de tomar un par de bocados de su bistec, finalmente respondió.

El rostro de Alejandro cambió.

¿Se va a ir de la ciudad A?

¡Incluso ya había renunciado!

Alejandro observaba fijamente a Ana, buscando algún vestigio de nostalgia por él y por la abuela en los ojos de Ana.

—¿Así que quieres alejarte de mí? —preguntó él, con una sonrisa irónica.

Ana respondió de inmediato: —No, nunca he pensado en alejarme de ti.

—¿Es porque temes que te impida estar con Ignacio? —volvió a preguntar Alejandro.

Con voz grave, Ana dijo: —Me divorcio de ti, no es por nadie más, es porque estar juntos fue un error desde el principio. Si no te hubiera llamado aquel día, quizás nada de esto habría pasado. Este error es mío.

Después de explicar, se levantó. —Ya estoy satisfecha, me voy a casa. Nos vemos mañana en el Registro Civil.

Alejandro continuó mirando fijamente a Ana, hasta que ella se alejó, entonces retiró la mirada.

Luego, bajó la vista y tras un largo silencio llamó a Eduardo.

—Investiga con quién se ha estado encontrando Ana últimamente.

Tras aceptar, Alejandro estaba a punto de colgar para llamar a don Fernando.

Eduardo apresuradamente dijo: —Presidente Alejandro, por favor no cuelgue todavía. Acabo de enterarme de algo; la persona que envié a vigilar a Kenia me informó que antes de que ustedes salieran del país, Kenia se encontró con la señorita Patricia. Últimamente, Kenia solo ha ido al salón de belleza y a varios centros comerciales de lujo para hacer compras, no se ha encontrado con nadie sospechoso, solo con algunas damas de la ciudad A. Creo que el encuentro con la señorita Patricia no fue simplemente una charla casual, parece que Kenia incluso le dio a la señorita Patricia un regalo, aún no estoy seguro de qué es exactamente, pero tengo el presentimiento de que podría ser algo maligno.

Pero en el asunto de Ana, eso no era de utilidad.

Alejandro frunció el ceño. —¿Ella ya le había dicho a don Fernando?

—Yo supe del divorcio hace unos días, Alejito, puedo ver que te gusta Anita, ¿no quieres divorciarte de ella? También quieres saber por qué quiere divorciarse de ti, ¿verdad? —La voz de don Fernando tenía un tono de profunda resignación.

—¿Don Fernando sabe la razón específica por la que ella insiste en divorciarse de mí? —Alejandro de repente se dio cuenta de que Ana insistía en el divorcio, y no debía ser simplemente por Ignacio, o por el disgusto hacia su matrimonio.

Debía haber otra razón.

Don Fernando suspiró. —Si Anita no te ha dicho la razón, significa que no quiere que lo sepas, en realidad... es mejor que no lo sepas.

Sería más doloroso si lo supiera.

Según doña Isabel, estaba destinado que no pudieran estar juntos, nunca deberían haberse casado.