Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1032

Haila inmediatamente dejó clara su posición.

Desde que conoció a Anita, Haila quería que ella se convirtiera en la esposa de su hermano.

Inicialmente, no parecía que Ignacio sintiera algo especial por Anita, pero ahora que es evidente su gusto por ella, solo esperan que Anita se divorcie. Tan pronto como Anita finalice su divorcio, Haila le pedirá a Ignacio que la despose sin demora.

Alejandro, por su parte, no trata bien a Anita y, además, muestra ambigüedades con otras mujeres; claramente no es digno de ella.

Sin embargo, si Anita se casa con Ignacio, la situación será distinta: si Ignacio osa tratarla mal, Haila será la primera en reprenderlo.

Si Ignacio se atreve a ser infiel, ella se encargará de alejar a esas mujeres, asegurándose de que nunca se acerquen a él.

Ignacio mira a Haila con resignación y dice: —Las cosas no son tan simples como piensas, y Anita no es la mujer que imaginas. Ahora es una mujer casada y, aunque estuviera soltera, no sería tan sencillo como simplemente desear casarme con ella.

En su voz se percibe un tono melancólico.

Haila reflexiona y asiente. —Tienes razón.

—No permitas que ella lo descubra, de lo contrario... nunca querrá verme —añade Ignacio con una mirada intensa.

Haila responde con un simple "Oh", sintiéndose inicialmente desilusionada.

Pero reconsidera y se dice a sí misma que no, su emoción no ha sido en vano; cuando Anita se divorcie, hará todo lo posible porque se case con Ignacio.

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La noticia de que Ana dejó su trabajo sorprendió todavía más a la abuela García.

La primera pregunta de la abuela García al llamar fue: —¿Estás demasiado cansada por el trabajo? Trabajar con Fernando siempre es algo monótono y aburrido. Descansa si lo necesitas, Fernando mencionó que tras un buen descanso, espera que regreses. Descansa bien y sal a divertirte un poco.

—Sí, abuela, he sentido algo de cansancio últimamente; descansaré y no se preocupe, esta tarde pasaré por Casa García para verla —respondió Ana, procurando no preocupar a su abuela.

Tras colgar el teléfono, doña García no pudo evitar preocuparse.

—Anita renunció de repente y Alejito se fue de viaje. Algo debe estar sucediendo. Hace unos días, cuando Alejito aún no había renunciado, ya ni siquiera regresaba a Villa Estrella de Mar. ¿Estará realmente enamorado de esa Patricia?

Antonio, al ver la preocupación de doña García, trató de consolarla con resignación: —Doña García, no se preocupe tanto por ellos. Los jóvenes a veces tienen conflictos y discusiones, es normal, pero pronto se reconcilian y vuelven a ser tan cariñosos como antes. Ya tomaron fotos en sus trajes de boda, ¿qué más podría pasar? Mi hijo y mi nuera discuten casi todos los días, y eso no les ha impedido tener tantos hijos.

—Tienes razón, dejemos que resuelvan sus problemas. Pero aún así, siento que no he brindado suficiente apoyo a Anita. Alejito realmente no sabe cómo cuidar a su esposa —expresó doña García, claramente insatisfecha con Alejito.

Antonio sonrió al escucharla: —El señor Alejandro simplemente no sabe cómo consolar a la gente, pero en realidad trata muy bien a la señora Ana. En cuanto a lo que dicen por ahí de que él y Patricia tienen algo turbio, seguramente son solo rumores de los periodistas.

Doña García asintió con cansancio: —Justo antes de que llamaste, me di cuenta de que no puedo seguir evitando ir al hospital. No puedo hacer que los dos se preocupen por mí. Contacta al hospital, iré a internarme hoy.

—¿Y mañana con la señora Ana...?