Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 106

Del otro lado de la línea telefónica, hubo primero unos segundos de silencio.

Luego, la voz de una mujer dijo suavemente: —Está bien, se lo comunicaré al presidente Campos.

Después de colgar, Beatriz frunció el ceño.

—No me dijo que había cambiado de secretaria.

Ana escuchó a Beatriz murmurar para sí misma y preguntó: —¿Qué pasa?

Beatriz sonrió y respondió: —Nada, mi esposo está en una reunión y no pudo responder mi llamada. Fue su secretaria quien contestó. Es curioso, la anterior secretaria de mi esposo hacía bien su trabajo, ¿por qué lo dejó? Bueno, no es asunto mío. Es una lástima, quería obtener noticias de primera mano y no pude. Esta noche, cuando vea a mi esposo, definitivamente le preguntaré al respecto y luego compartiré contigo los chismes sobre Alejandro y Nuria.

—Está bien, esperaré tus noticias de primera mano —respondió Ana, sonriendo.

Ambas continuaron su paseo por el centro comercial.

Beatriz compró furiosamente un montón de cosas.

Ana también compró ropa, e incluso adquirió un conjunto para su madre adoptiva, Elena.

Ambas terminaron el día muy satisfechas.

Bryan envió a un chofer para recoger a Beatriz, y Ana la vio subir al auto con una sonrisa radiante antes de dirigirse ella misma al estacionamiento.

No pasó mucho tiempo después de salir del estacionamiento subterráneo, cuando en un semáforo, Ana sintió que el auto estaba un poco sofocante y bajó la ventana.

De repente, notó que alguien la estaba mirando.

Giró la cabeza.

Vio a Alejandro en el auto de enfrente.

Él la estaba mirando, aparentemente sorprendido de verla.

A través de la ventana bajada, Ana vio a Nuria sentada junto a Alejandro.

Nuria, que ya era hermosa en la televisión, lucía aún más deslumbrante en persona, con rasgos extremadamente delicados y evidente buena cuna, una joven tanto hermosa como adinerada.

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Pablo rara vez visitaba el lugar donde trabajaba su abuelo.

En estos días, su abuelo estaba muy ocupado, y él apenas podía verlo.

Las personas del equipo de su abuelo lo conocían y lo saludaban con entusiasmo cuando lo veían.

—¿En qué piso está mi abuelo?

Preguntaba a quien encontraba.

—Don Fernando está descansando en el sexto piso.

Una vez que Pablo supo dónde estaba su abuelo, inmediatamente tomó el ascensor hacia el sexto piso.

El sexto piso era una zona de descanso.