Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1068

Kenia solo guardó silencio por un momento.

—No es posible, ella no tiene esa capacidad.

Aunque Ana podría haber sospechado algo al ver el anillo, como no había ninguna esencia maligna en él y dadas las habilidades y experiencia de Ana, definitivamente no podría descubrir ningún defecto en el anillo.

Al escuchar la afirmación tan segura de Kenia, el corazón preocupado de Patricia se tranquilizó un poco.

Pero todavía sentía que algo no estaba bien.

—La imagen de Jesús que coloqué en mi dormitorio, ¿realmente no traerá ningún desorden ni peligro para nuestra familia Jiménez? —Patricia, pensando en los incidentes causados por objetos malignos en el pasado que afectaron a su familia, preguntó con cierto temor.

Si trajera más problemas accidentales, ella ya no tendría la dignidad para enfrentarse a su familia.

Y tampoco tendría la dignidad para pedir ayuda a Ana.

Ante esto, Kenia, aparentemente impaciente, respondió con un tono de incredulidad: —No habrá ningún peligro, tranquila. Esta Imagen de Jesús solo te llevará al éxito, no debes apresurarte tanto. Haz como te dije, debes buscar oportunidades para pasar más tiempo con Alejandro, solo si ustedes se ven más a menudo, la Imagen de Jesús será efectiva.

Patricia finalmente se convenció: —Está bien.

Después de colgar con Kenia, devolvió la llamada a don Melchor.

Don Melchor le había hecho varias llamadas previamente.

—Abuelo.

—¿Qué pasa entre tú y Alejandro? Hace un par de días cuando viniste a casa, dijiste que tú y Alejandro estaban avanzando de manera estable y que pronto se comprometerían, ¿cómo es que hoy él se ha comprometido con otra persona? ¿Me estabas mintiendo antes? —Don Melchor estaba completamente enfadado.

Varios viejos amigos le habían llamado preguntando sobre la situación.

Él valoraba mucho su dignidad y había vivido toda su vida sin perder la cara, pero ahora parecía perder todo su respeto por culpa de Patricia.

Patricia, con los ojos enrojecidos por las preguntas, afortunadamente estaba en su coche, donde nadie podía ver que estaba llorando, y se sentía muy agraviada.