Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1106

Cuarenta minutos después.

Casa Campos.

Rocío sostenía a Bryan, quien estaba medio ebrio y medio despierto, hasta llegar a casa.

No había nadie en casa, tampoco los sirvientes.

Ella había planeado dejar a Bryan en la puerta y marcharse, pero al ver que no había sirvientes, preguntó en qué piso estaba su habitación.

Pero Bryan estaba borracho y no le respondió.

Ella solo pudo llevar a Bryan arriba.

Luego, empujó la puerta de una habitación, vio que era un dormitorio y, sin importar si era una habitación de huéspedes, lo puso en la cama.

Justo cuando estaba a punto de irse, fue detenida por el cuerpo pesado de Bryan.

—¿Presidente Bryan? ¿Presidente Bryan? —intentó empujarlo, pero no lo logró.

Estaba a punto de decir algo.

Pero de repente fue besada.

La habitación estaba sin luz.

Así que, bajo la luz tenue, parecía ver los ojos profundos e infinitos de Bryan, que en ese momento la estaban mirando.

Tan apasionado.

Tan irresistible.

El corazón de Rocío latía fuertemente, se olvidó de hablar, se olvidó de empujar al hombre sobre ella.

En el siguiente momento.

Bryan habló: —Finalmente has vuelto...

No continuó hablando, todo quedó en un beso profundo y apasionado.

—

La mañana siguiente.

Rocío fue deslumbrada por el sol y abrió los ojos aturdida.

Al ver a Bryan de pie junto a la ventana, de repente recordó lo que había sucedido la noche anterior.

—Presidente Bryan...

Diez minutos después, Rocío se vestía para irse.

Bryan, todavía de espaldas a ella frente a la ventana, dijo. —No hace falta que nos veamos de nuevo.

El cuerpo de Rocío se tensó, y respondió con los labios apretados. —Está bien.

...

Tres días después.

Después de organizar el funeral de la abuela Ruiz, Ana pasó algunos días más en casa García con doña García.

Durante esos días, no hubo avances en la búsqueda del hermano de la abuela Ruiz.

Este hombre, aunque claramente existía, parecía no estar en ningún lugar.

Aunque se sabía que estaba en ciudad A, simplemente no podían encontrarlo.

Ana y Alejandro sabían que este hombre actuaría pronto.

Esos días, Javier tenía exámenes finales.

Ana le había prometido a Javier que, después de sus exámenes, lo llevaría a viajar por unos días.